Maider IANTZI
DONOSTIA

Emotivo homenaje a cinco trayectorias meritorias, cinco mechas imparables

Kemen Elkartea, Aspanogi, Gimnástica de Ulia, nueve alumnas de la clase 5ºB de Jakintza Ikastola de 1982 y el párroco de Larratxo y Altza Javier Hernáez Uranga fueron galardonados con las Medallas al Mérito Ciudadano. La ciudad de Donostia reconoció su labor en su día grande.

A los cinco galardonados con las Medallas al Mérito Ciudadano les une el objetivo de mejorar la vida de las personas y de la propia ciudad a la que pertenecen. Tal y como declaró el alcalde, Eneko Goia, en referencia al Tambor de Oro, que este año ha quedado desierto, «quizás algún otro premio lo tengamos que pensar mejor, pero este no». Destacó su virtud de mirar a la gente a los ojos, cogerle de la mano y ayudarle a seguir adelante en la vida.

El primer homenajeado, el párroco de Altza-Larratxo Javier Hernáez Uranga, levantaba la mano, saludando sonriente a los donostiarras que llenaban el elegante Salón de Plenos. Pretende colaborar con todas las asociaciones, «con la intención de aprender de todas las personas». Su primera mención fue para Stop Desahucios.

Bittor Andonegi, de Aspanogi, que lleva 20 años trabajando por las niñas y niños con cáncer y sus familias, tuvo palabras de agradecimiento para toda la gente que forma «esta familia». Invitó al pequeño Markel, quien, en sus brazos, dijo: «Eskerrik asko eta gora gure piratak!».

Premio al voluntariado

La Sociedad Gimnástica de Ulia cumple cien años. Organiza el Cross de Reyes más antiguo del Estado y realiza una labor importante en el impulso del atletismo base. Según describió uno de sus 200 socios, Alberto Cifuentes, «surgió como un chispazo y la chispa sigue. Siempre hay algún valiente que tira». Para él esta medalla es el premio al voluntariado, motor de muchos movimientos en la ciudad.

Fernando Mitxelena, de Kemen Elkartea, habló emocionado. Hace 23 años, cuando nació la asociación, no era habitual que una persona con diversidad funcional practicara deporte. Eso está cambiando. Mitxelena animó a estas personas a practicar el deporte que mejor se adapte a sus capacidades.

A Sara Iturrioz, Ana Zirikiain, Leire Ozkariz, Idoia Amas, Nora Lizartza, Ainitze Blanco, Miren Sorne Uranga, Ainitze Errasti y Josune Izagirre, exalumnas de Jakintza Ikastola, este premio les hizo viajar a la infancia, cuando, con 10 años cogieron un taxi para reunirse con el director de Turismo y pedirle que también las niñas pudieran participar en la tamborrada infantil. Lograron que se cambiara la normativa y que las chicas pudieran tocar, aunque entonces no fueran conscientes de que estaban cambiando la sociedad.