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DAVOS

Davos también ha reflejado las heridas abiertas en la Unión Europea

La neutral Suiza ha sido escenario de algunos de los debates más francos en torno al tormentoso presente e incierto futuro de la UE. Aunque tuvo más eco el discurso de Theresa May defendiendo el Brexit, resultó más interesante el debate entre Martin Schulz y Mark Rutte.

El primer ministro holandés, el liberal Mark Rutte, y el socialdemócrata alemán Martin Schulz, que acaba de dejar la Presidencia de la Eurocámara, chocaron en un tenso debate sobre si la UE está cada vez más integrada o no, y sobre la implementación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, pilar comunitario de la disciplina fiscal.

En el Foro Económico Mundial, Rutte pidió al Estado francés y a Italia que apliquen las reformas que deben hacer, porque de lo contrario «Europa se encontrará en unas circunstancias difíciles». En su opinión, el euro todavía está en dificultades porque «demasiados países, particularmente en el sur, no hacen lo que han prometido hacer: poner en marcha reformas».

Schulz pidió a Rutte la máxima prudencia a la hora de plantear exigencias, dado que la vigilancia de la aplicación del Pacto de Estabilidad corresponde a las instituciones, especialmente a la Comisión Europea (CE) y al Eurogrupo, y no a ciertos primeros ministros.

«Si como alemanes, holandeses o finlandeses seguimos pidiendo a los portugueses y españoles que hagan lo que hemos hecho nosotros, entonces creamos un clima de batalla entre países», sostuvo.

Rutte dio la razón a Schulz sobre que debería ser la CE la que vigilase el cumplimiento del Pacto de Estabilidad, pero insistió en que, si unos hacen los deberes y otros no, es difícil explicárselo a los ciudadanos en casa.