Ion SALGADO

ASAMBLEA DE MUJERES DE ARABA, CUATRO DÉCADAS DE LUCHA FEMINISTA

A finales de 1976 se presentó la Asamblea de Mujeres de Araba, que desde entonces ha luchado para denunciar la violencia machista y reivindicar la despenalización del aborto y la sexualidad libre. La muestra «40 años de feminismo en Gasteiz» recoge la historia de la asamblea.

El año 1976 quedó marcado a sangre y fuego en la historia de Gasteiz. Las movilizaciones obreras dieron voz a una ciudadanía que había estado acallada largos años. Hombre y mujeres se echaron a las calles para reivindicar sus derechos y se encontraron de frente con la represión de la Policía Armada española, que mató a cinco trabajadores el 3 de marzo. Las mujeres jugaron un papel muy importante en aquellas protestas. Amas de casa y trabajadoras lucharon codo con codo. Se convirtieron en militantes y vislumbraron la posibilidad de un «cambio de vida». Así lo recoge el manifiesto leído en la presentación de la Asamblea de Mujeres de Araba, creada a finales de ese mismo año.

La Casa de Cultura Ignacio Aldecoa acoge estos días la muestra “40 años de feminismo en Gasteiz”. La exposición está compuesta de carteles históricos y recortes de prensa que dan cuenta de las mil y un batallas a las que se han enfrentado las integrantes de la asamblea. «En aquel entonces había unos delitos específicos, como el adulterio, la prostitución y el aborto, y ellas luchaban para que se cambiara la legislación. También peleaban en temas relacionados con el trabajo, la educación y la sexualidad, querían desvincularla de la maternidad y reivindicaban anticonceptivos. Además, acogían a víctimas de la violencia machista y pusieron en marcha los primeros cursos de autodefensa feminista», explican Eli Etxeberria y Maider Dominguez, integrantes de la asamblea que hoy en día siguen trabajando para lograr la igualdad real entre hombres y mujeres.

Afirman que en estos años han cambiado muchas cosas, hay una mayor respuesta social ante las agresiones machistas, pero todavía queda mucho por hacer. «Se ha conseguirlo que la violencia machista pase del ámbito privado al público, pero se mantiene una relación de poder dentro del orden hetereopatriarcal», destaca Etxeberria, quien lamenta que no se haya actuado sobre la raíz de un problema estructural. «Las instituciones actuan sobre las consecuencias, pero no sobre las causas».

Ellas, al igual que el resto de colectivos feministas y buena parte de la sociedad, seguirán luchando para acabar con la discriminación que padecen las mujeres, sobre las que recaen los cuidados a terceros. «Vivimos en una sociedad en la que nadie se quiere hacer cargo de los cuidados, y el capitalismo desecha a todas las personas que no le son validas», subrayan antes de poner en valor la decisión que adoptan aquellas mujeres que desean «envejecer como feministas» y rechazan la idea de ingresar en una residencia, «donde ya no eres dueña de tu vida». Responder a esta cuestión es uno de los retos de la Asamblea de Mujeres de Araba.