Raimundo Fitero
DE REOJO

Pleitos

Nunca he entendido bien ese maleficio gitano de “pleitos tengas… y los ganes”, pero con libre interpretación del metalenguaje jurídico y calé, diría que los pleitos son a la tele como los churros al chocolate matutino. Ahora dicen que una veintena de restaurantes se han asociado para presentar una querella contra Chicote y sus pesadillas de restauración. Se le acusa de aprovecharse de esos restaurantes para hacer un discurso personalista y de no aportar nada para mejorar en la gestión de los mismos. Todo parece cuestionable, la asociación, las motivaciones, pero como todo puede convertirse en algo peor, Atresmedia y la productora de la fórmula franquiciada contraatacan con otra denuncia contra la asociación. Y así hasta que se aburran. O nos aburran con estas noticias sesgadas.

Pero hay pleitos mayores con consecuencias más rotundas. Un juez brasileño que dirigía el caso de corrupción de Petrobras acaba de morir en un accidente aéreo, con una avioneta privada. No hace falta tener mucha imaginación para entrar de inmediato en un bucle de sospechas. Aunque la pregunta final es: ¿A quién favorece este supuesto accidente que quita de en medio a un magistrado que estaba tocando el fondo de muchos asuntos punibles de la gestión política y, de paso, advierte al resto de jueces sobre las consecuencias de meterse en estos asuntos?

Ni un día sin Trump. Anda de pleitos con un cocinero español televisivo que rompió su contrato de abrir un restaurante en uno de sus edificios por sus declaraciones racistas contra los emigrantes. La cosa tiene miga. La manifestación de mujeres fue un éxito desbordante. Pero no parece afectarle. Ha decidido pleitear contra la profesión periodística de manera universal y asegura que está llena de deshonestos. No hay que negarle su conocimiento de causa.