Casi 4.500 personas denunciaron abusos sexuales a menores por parte de miembros de la Iglesia católica en Australia entre 1980 y 2015, según se dio a conocer ayer en la reanudación de las audiencias de la comisión que investiga esos delitos.

«Los niños fueron ignorados o, peor aún, castigados. Las denuncias no fueron investigadas y los (trabajadores) religiosos eran trasladados. Las parroquias o las comunidades a donde se les trasladaba no sabían nada de su pasado. Los documentos no fueron guardados o fueron destruidos. El secretismo prevaleció, al igual que los encubrimientos», resaltó la abogada de la Real Comisión de Respuestas Institucionales para los Abusos Sexuales a Niños, Gail Furness.

La comisión fue creada en 2012 para investigar la respuesta de las autoridades australianas a las denuncias de abusos sexuales a menores cometidos en iglesias, orfanatos, clubes deportivos, grupos juveniles y escuelas. Durante este tiempo ha entrevistado a miles de afectados. De esta ardua investigación se desprende que entre 1950 y 2010, más del 20% de los Hermanos Maristas, los Salesianos de Don Bosco y los Hermanos Cristianos fueron acusados de abusos sexuales, mientras que en la orden de San Juan de Dios la proporción sube a un 40,4%.

Los datos fueron revelados durante el primer día de una serie de audiencias en las que se abordarán las denuncias de abusos sexuales, cómo afrontó estos casos la Iglesia católica en el pasado y cómo lo hace en el presente, entre otros asuntos.