Nerea GOTI
FOOD-TRUCK FÓRUM EN EL BEC

HOSTELERÍA SOBRE RUEDAS, ENCANTO PRIVADO A FALTA DE REGULACIÓN PÚBLICA

DEL ENCANTO DE VEHÍCULOS DE ÉPOCA ACONDICIONADOS CON MODERNAS COCINAS A LA ALTURA DE CUALQUIER PLATO, COCTELERÍA, SUSHI... Y HASTA CON TERRAZA INCLUIDA SE PUEDE DISFRUTAR HASTA HOY. AHORA OFRECEN SUS SERVICIOS EN EVENTOS PRIVADOS, PERO ¿POR QUÉ NO REGULAR SU SALTO AL ESPACIO PÚBLICO?, PLANTEAN.

Otro anglicismo, food truck, designa lo que podría llamarse hostelería ambulante o quizá ‘hostelería sobre ruedas’, más acorde a los modelos de corte rockero y vintage que hasta esta tarde pueden verse en el BEC. La idea no es nueva. Churrerías, heladerías, venta de alimentos, bebidas y bocadillos en torno a los festivales, recintos de barracas… son viejos conocidos. Sin embargo, lo que puede verse hasta esta tarde en Food Truck Fórum va más allá. La parte expositiva es atractiva y novedosa. Muestra propuestas poco vistas en nuestras calles y, sin embargo, en Euskal Herria hay varios food truck en activo. Es el caso de Hambroneta, de San Miguel (Basauri), que dispone de dos furgonetas y dos automóviles descapotables preparados para servir comidas, bebidas... Trabajan en cualquier evento en el que reclamen sus servicios.

«Lo que más hacemos es bodas, sobre todo ‘recenas’ después de los banquetes. Somos la sorpresa, aparece el food truck, se abren las puertas y empezamos a servir el menú que nos hayan pedido, hay muchas posibilidades, tantas como propuestas nos hagan», explicó a GARA Mónica Ortega. Lo que se consigue es un servicio «sencillo, rápido, limpio y de calidad», ya que, según detalló, dan mucha importancia a los productos autóctonos, concretando «quién es nuestro carnicero, pastelero, panadero…».

La cocina de elaboración no es un problema para vehículos que cuentan con plancha industrial, horno y hasta lavavajillas, como Mineko Hostelería, también dedicados a servicios de cátering. «Trasladamos la cocina al lugar del evento y preparamos menús de restaurante in situ, para servir al momento», indicó Agustín Bóveda, quien matizó que lo que encarece es la logística, si se precisa de montaje de carpas, mesas, sillas, vajilla... Según señaló, demandan sus servicios desde «quien tiene el capricho de celebrar su boda en el caserío», hasta quien quiere celebrar una tradicional euskal ezkontza o en fiestas populares.

Una cultura poco arraigada

Violaya Sánchez y Noelia Romero están en el BEC con una propuesta llegada desde Santander, un remolque caracterizado como una antigua furgoneta que puede trasladar a cualquier lugar la tradición de la vermutería Solórzano, en activo desde 1941. Puede alquilarse sin personal por unos 300 euros o hacerlo con un profesional detrás de la barra sobre ruedas. Entienden que su furgoneta no representa una competencia para la hostelería tradicional, sino una oferta complementaria muy apreciada por quien quiere sorprender a sus invitados.

Hoy es posible diseñar el vehículo y adaptarlo aquí mismo. En el BEC muestra su trabajo Arawagen, con distintos acabados y diseños para food truck, pero también peluquerías o tiendas de ropa. Por ello, su lema es «si tienes un remolque tienes un negocio» y al lado de su firma, en cada remolque, queda escrito que está «hecho en el País Vasco y a mano». Ya han desarrollado cuatro vehículos de estas características y eso que sus diseñadores comentan que «la cultura del negocio callejero no está tan arraigada aquí como en Estados Unidos o el norte de Europa».

La homologación de los vehículos y los permisos sanitarios no representan mayor problema. El hándicap es saltar al espacio público y acabar con el vacío legal. Según explicó Leire Pérez, fundadora de foodtruckya.com, una de las promotoras del fórum, las empresas son las primeras interesadas en ser referentes de calidad, pero necesitan un marco que establezca, «quién decide y cuándo, cómo y dónde pueden trabajar».