Alberto PRADILLA
MADRID
ASAMBLEA CIUDADANA DE PODEMOS

La amplia victoria de Iglesias abre un ciclo nuevo para Podemos

Pablo Iglesias controlará cerca del 60% de la nueva dirección de Podemos. La asamblea ciudadana de la formación morada se cierra con una amplia victoria del secretario general, que apela a la «unidad» pero no desvela cuál será el papel que jugará su rival, Iñigo Errejón.

Exhibición de músculo de Pablo Iglesias. El secretario general de Podemos revalida su cargo y se impone a Iñigo Errejón, todavía secretario político, tanto en la lista como en documentos en la asamblea ciudadana Vistalegre II. La guerra fratricida en la que se había convertido el proceso interno en la formación morada termina con un resultado que no da lugar a interpretaciones: Iglesias tendrá 37 consejeros, frente a los 23 de Errejón y los dos anticapitalistas. En porcentajes, el «pablismo» se lleva más del 50% de los apoyos, el «errejonismo se queda en el 33% y los «anticapis» mantienen su 10%.

Despejada la duda sobre quién era el encargado de pilotar la nave según los inscritos, ahora falta por saber qué ocurrirá con el perdedor. En una jornada como la de ayer todo son llamamientos a la «unidad» y palmaditas en la espalda. Pero nadie confirma si Errejón seguirá como portavoz en el Congreso, como secretario político, o le harán pagar su insubordinación ubicándole en alguna responsabilidad de tercer orden. Él, por si acaso, se pone «a la orden».

Estaba previsto que el resultado de las votaciones (más de 150.000 sufragios, un récord) se conociese a las 13.30 horas. Sin embargo, las filtraciones se adelantaron y para las 11.30 horas ya había medios españoles que apuntaban a la victoria de Iglesias. Alguien debería explicar a la nueva dirección de Podemos que no hay nada menos democrático en la comunicación que entregar una información de interés general a varios medios y que estos la publiquen antes de que tus propios portavoces la anuncien. Para mediodía ya sabía todo Vistalegre quién se había impuesto, así que resultaba ridículo escenificar la proclamación, más parecida a entrega de premios Goya que a un acto político. Ante esta evidencia, la organización decidió adelantar dos horas tanto la presentación del nuevo consejo ciudadano como el discurso del secretario general. Teniendo en cuenta que Podemos no es conocido por la puntualidad con la que empiezan sus actos, lo de ayer fue un triple salto mortal que no terminó de satisfacer ni al público ni a los periodistas.

Filtraciones al margen, para las 12.00 horas ya estaba Pablo Iglesias en el escenario, arropado por su nueva dirección. Hubo abrazo con Errejón (frío, manteniendo la compostura) y discurso presidencial. «Unidad y humildad», reivindicó, tomando el testigo del lema más coreado por los fieles morados durante todo el cónclave. No se salió del guión, afirmando que el objetivo de Podemos es ser la alternativa del PP y clamando que su formación «nunca se equivocará de bando». Tuvo una mención específica hacia el derecho a decidir, que reivindicó como una de las bases que tienen que mover su acción política.

Resulta sintomático que Iglesias no hiciese ninguna mención expresa a su rival en el proceso interno. La víspera, al menos, le había nombrado junto a Miguel Urbán como piezas imprescindibles del proyecto. Aunque solo fuese para que el público estallase a coro «unidad, unidad», en un tono que casi sonaba amenazante. En este caso, el renovado líder decidió mirar hacia fuera y pasar página sobre las pugnas internas. Ya vendría luego Irene Montero, su jefa de gabinete, a poner las cosas claras. «Errejón, pero también Nacho Alvarez o Carolina Bescansa (dos dirigentes que se marcharon de la dirección) tienen un papel fundamental». Puestos a interpretar, parece que venía a decir que al secretario político le toca banquillo.

El afectado, muy serio, asumió la derrota y se puso «a la orden» de la nueva dirección, que será la que reparta las responsabilidades. Iglesias todavía no tiene fecha para convocarlo, aunque ahí se verá la plasmación gráfica de la nueva correlación de fuerzas. Errejón, al plantear un órdago a Iglesias, ha pasado de ser el indiscutible «número dos» del partido a liderar una corriente tasada en el 33%. Él apeló a la «pluralidad» como resultado de las urnas. Habrá que ver si de verdad existe integración de las corrientes o la aplastante victoria de Iglesias se convierte en rodillo.

 

Seis vascos, miembros del consejo, se suman a las secretarias generales de CAV y Nafarroa

Tres representantes de la CAV y otros tres de Nafarroa se suman a Nagua Alba y Laura Pérez, secretarias generales con presencia en el consejo ciudadano. En el caso de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, entran la senadora Pilar Garrido, David Soto, concejal en Irun (ambos por la lista Podemos Para Todas, de Pablo Iglesias) y Aitzole Araneta, perteneciente a la candidatura Recuperar la Ilusión, de Iñigo Errejón. Por Nafarroa los tres nuevos integrantes de la dirección de Podemos llegan de la mano de la lista de Iglesias. Se trata de la diputada Ione Belarra, la senadora Idoia Villanueva y Guillén Carroza.

Nagua Alba, que había apoyado la lista de Errejón, felicitó a Iglesias a través de su cuenta de Twitter y reiteró la importancia del trabajo que tiene por delante el partido. Laura Pérez, por su parte, abogó por «seguir trabajando por construir una organización fuerte» y puso énfasis en la importancia de los territorios y el proceso de «descentralización» de la formación morada.

Habrá que ver ahora qué efectos tienen en la CAV y Nafarroa estos resultados. El primero de los casos es particular, porque la secretaria general lleva menos de un año y se ha impuesto en reiteradas primarias, aunque ya surgen voces que se apoyan en su apoyo a Errejón para tratar de deslegitimar a su dirección. En Nafarroa habrá que ver cuándo se realizan primarias.GARA

 

Pedro Sánchez asoma la cabeza entre la cortesía rival

«Enhorabuena a Rajoy e Iglesias por renovar sus liderazgos. No tendría que ser así pero nosotros tendremos que esperar unos meses más». Pedro Sánchez, antiguo secretario general del PSOE y candidato a regresar a Ferraz en las próximas primarias, aprovechó la habitual cortesía con los rivales políticos para sacar la cabeza y recordar que él también se está preparando para regresar a la primera línea política. No ahondó en sus preferencias, aunque recientemente había afirmado que él se entendería mejor con Iñigo Errejón que con Pablo Iglesias. Una afirmación que puede ser honesta o un dardo envenenado hacia un secretario político al que sus rivales han acusado de querer acercarse al PSOE.

Quienes también cerraban congreso eran los miembros del PP. Por eso, tanto Mariano Rajoy como Soraya Sáenz de Santamaría felicitaron a Iglesias y le desearon suerte. «Le damos la enhorabuena y espero que en esta nueva etapa ayuden a contribuir a la estabilidad y al buen hacer», añadió la vicepresidenta española, que no entró a valorar las intrigas de Podemos. También Ciudadanos fue cortés y envió los habituales saludos tanto a Podemos como al PP. Los que no hicieron mención a Vistalegre fueron los miembros del PSOE. GARA