Agustín GOIKOETXEA

BILBO CEDERÁ SUS RECURSOS HÍDRICOS AL CONSORCIO PARA MODERNIZARLOS

Bilbo dispone de importantes recursos hídricos, los pantanos de Ordunte y Zollo, así como una extensa red de suministro, que estudia ceder por 20 años. De «histórica» puede calificarse la decisión de dejar en manos del Consorcio de Aguas una de sus «joyas».

Para abril –según informó el concejal de Obras, Servicios, Rehabilitación Urbana y Espacio Público, Ricardo Barkala– el Gobierno municipal de Bilbo quiere tener últimado el documento en el que plantea cómo ceder, por un periodo de 20 años, la gestión de la red primaria de abastecimiento del Consistorio al Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia (CABB) y las contraprestaciones que recibiría. No se trata de una nueva enajenación del patrimonio municipal, mermado en las últimas décadas por la política de privatización seguida por el PNV, sino de una cesión de la infraestructura estratégica que se inauguró en 1934.

Se trata de una propuesta de calado ya que es uno de sus recursos más preciados, con el que se abastece a dos tercios de la población de la capital vizcaina, en torno a 230.000 vecinos, que se complementa con el caudal que proviene del sistema del Zadorra para otros 120.000, al que también aporta el embalse de Zollo. Además, esta red primaria atiende a Galdames, Balmaseda, Zalla y Gueñes, que forman parte del Consorcio.

El Consistorio bilbaino obtuvo la concesión para la construcción y gestión del pantano, ubicado en el valle burgalés de Mena, en 1928, durante la dictadura de Primo de Rivera. El acuerdo que logró el alcalde Federico Moyúa era a perpetuidad hasta que, en 1985, la nueva ley de aguas fijó que el Ayuntamiento tiene asegurado el abastecimiento hasta 2061 gracias a un embalse con una capacidad para algo más de 22 hectómetros cúbicos que da servicio a la margen izquierda de la capital. En 1934, al inaugurarse, el sistema Ordunte-Cerneja se diseñó para abastecer a 500.000 personas con 250 litros por habitante y día, cuando la capital vizcaina ronda los 350.000 habitantes, según el padrón de 2016.

Después de 83 años de autoabastecimiento y 21 alcaldes, Juan Mari Aburto puede ser quien rubrique la cesión temporal de lo que sus antecesores han considerado un patrimonio municipal de gran importancia como para dejarlo en manos de otra entidad, aunque el control político del PNV esté asegurado. Además, se da la circunstancia de que el edil que impulsa ese convenio con el CABB, Ricardo Barkala, es a su vez presidente de la mancomunidad.

Al presentar las líneas maestras del futuro convenio, Barkala defendió una administración «unificada», partiendo de que el Botxo se abastece a través de dos sistemas que se gestionan de manera independiente por el Consorcio, que controla el sistema del Zadorra y la planta de Beteluri, y los funcionarios municipales, que hacen lo propio con Ordunte y Sollano. La red primaria del Ayuntamiento comprende el pantano de Ordunte, toda la canalización que va desde el embalse burgalés a la depuradora de Sollano, en Zalla, y la conducción de 40 kilómetros que discurre hasta el depósito de Elexabarri. Otros recursos son el pantano de Zollo y la estación de bombeo del Berron, en Balmaseda, y la de Ibarra, en Zalla.

El Gobierno Aburto considera «razonable» una gestión unificada e integrada por su «eficacia», ya que «todos los bilbainos y el área metropolitana se beneficiarían de dos potentes potabilizadoras, la de Sollano y Beteluri, operando en paralelo». Barkala argumenta que «de una forma coordinada se atenderían las necesidades de una manera más eficiente» y con unos «análogos estándares de funcionamiento y de objetivos que en las economías de escala supondrían una mejora evidente en su gestión, lo que en suma acabaría revirtiendo en las propias instalaciones del sistema».

Otra de las razones que se esgrimen, es conseguir «una gestión sostenible de un recurso escaso». «Actualmente ambos sistemas gestionan su actividad en sus respectivos ámbitos competenciales, respetando lógica y escrupulosamente sus zonas de frontera, con una visión excesivamente local, lo que le resta potencialidad a ambos», lamenta Barkala. El concejal jeltzale y presidente del CABB insiste en que la gestión «integrada» conllevaría un incremento de la garantía en el suministro en caso de avería «de la que ahora carecen ambos funcionando de manera independiente, apoyándose mutuamente ante cualquier eventualidad».

Un sistema que necesita inversión

A la hora de analizar este cambio histórico hay que tener en cuenta que el sistema de Ordunte, con una antigüedad de medio siglo, necesita de inversión para modernizarse y que el PNV está empeñado en que la gestión del abastecimiento y saneamiento de todo los municipios de Bizkaia recaiga en el CABB. El primero de los argumentos es el que esgrime el equipo de Juan Mari Aburto para tratar de conseguir el apoyo del Pleno.

«Después de estos 50 años habría que empezar a pensar en todos los aspectos del sistema de red primaria, lo que precisaría de inversiones importantes y exigiría destinar recursos municipales muy superiores a los que se vienen destinando ahora», señalan. Barkala subraya que «si el convenio llega a buen puerto», la mancomunidad que preside «se comprometería a aportar una inversión de 500.000 euros anuales a la red primaria municipal», mientras que el Consistorio mantendría los 300.000 euros que destina ahora a este fin, «con lo que habría una inversión al año de 800.000 euros en la red primaria» que permitiría «hacer las inversiones necesarias para que esté en las mejores condiciones».

«Hay que hacer un ajuste serio en la red primaria municipal metiendo músculo financiero, y ese convenio nos daría ese músculo económico que lo pondría el Consorcio», reiteró Barkala al dar detalles a los grupos políticos del acuerdo que persiguen. El Ayuntamiento, resalta, «aportaría al Consorcio solidaridad, ya que nuestro pantano de Ordunte sería un recurso al que recurrir en caso de avería en el Zadorra».

El Gobierno municipal asegura que esta fórmula «no tiene repercusión para el ciudadano ni en cuanto a calidad ni a precio, pero sí tiene repercusión en cuanto a garantía porque va a tener un sistema integrado con dos fuentes para poder suministrar y, por lo tanto, la seguridad de que va a tener agua aunque vengan ciertas eventualidades si se gestiona de una forma integrada».

Crisis tras la falta de control

Lo cierto es que el sistema Ordunte ha dado algún quebradero de cabeza al Consistorio, motivado por un negligente mantenimiento. En 2003, por ejemplo, se produjo la última crisis, al verse obligados a cortar el abastecimiento tras la contaminación del depósito de Elexabarri, provocada por restos de explotaciones ganaderas que cayeron en la conducción en La Cuadra, en Gueñes. La alarma y la histeria se apoderó del Botxo los días 26, 27 y 28 de marzo de aquel año, llegándose a agotar el agua embotellada.

En 2007, después de la histeria que se originó por la contaminación bacteriológica de las aguas del canal, GARA publicó un amplio reportaje en el que se denunciaba que la red de abastecimiento seguía siendo vulnerable. A raíz del mismo, se balizó el canal y se repusieron varios tramos de tubería de 900 milímetros de diámetro en el sifón de Errekalde por haber una fuga de grandes dimensiones en uno de ellos. Las informaciones publicadas en estas páginas fueron también la causa de que se limpiara el canal del Cerneja, uno de los principales acuíferos del embalse de Ordunte, que recoge las aguas del río del mismo nombre y del Ventorrillo en las faldas de Los Tornos, en Burgos. Además, se instaló un caudalímetro, después de que llevase décadas sin funcionar.

En 2009, diez años después de que los opositores lo reclamaran en sus alegaciones a la construcción de la planta de Zabalgarbi en Arraitz y se les tachara de «alarmistas», el Ayuntamiento encargó un estudio para analizar la viabilidad de desviar el canal de Ordunte de debajo de la incineradora. Para no reconocerlo, sus responsables hablaron de un plan de reforma. Más recientemente, EH Bildu ha denunciado las consecuencias que puede tener para este estratégico acuífero las perforaciones por fracking que están previstas en el norte de Burgos.

 

LAB apunta a que el convenio beneficia a la capital y a los intereses del PNV

No han transcendido muchas valoraciones en torno al futuro convenio, la más crítica la efectuada por la sección sindical de LAB en el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia (CABB), que apunta a que la propuesta beneficia a la capital y a los intereses del PNV. Acusa a los jeltzales de perseguir que se centralice toda la gestión del agua «en unas solas manos, de tal manera que sea más fácil jugar con los importantes intereses que se mueven en este sector, fundamentalmente de las multinacionales privadas».

LAB entiende que el Consistorio bilbaino recibe un trato preferente, especialmente cuando está claro que el sistema Ordunte necesita de inversión para modernizarse y resolver sus actuales deficiencias pero no cede la titularidad de la infraestructura como ha tenido que hacer otros municipios al consorciarse. Advierten, además, de que el Ayuntamiento no cedería la central hidroeléctrica de Sollano, en Zalla, que califican como «la joya de la corona». Esa infraestructura, argumentan, genera beneficios con los que la administración local ha sufragado los gastos de mantenimiento de esta red primaria.

La central recuerda que a otros ayuntamientos se les ha exigido ceder las instalaciones para, en muchos casos, abandonarlas. Además, señalan que la conducción desde Ordunte está obsoleta por lo que el CABB tendrá que invertir y todavía no se sabe qué pasará con el personal. En cuanto a los 9 trabajadores que están adscritos al sistema, que son funcionarios, Ricardo Barkala aseguró hace unos meses que «podrán seguir trabajando en la red municipal o ir en comisión de servicios al Consorcio». «Lo que ellos quieran, les vamos a poner alfombra roja», dijo el edil bilbaino y presidente de la mancomunidad.

LAB insiste en el «trato de favor» hacia Bilbo, «supone un agravio comparativo». Indican como el CABB también gestionó tres años la planta potabilizadora de Sollano, a raíz de la crisis de 2003 por la contaminación pero el Ayuntamiento recuperó su control.A.G.