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BRUSELAS

La Comisión Europea alerta de los efectos del «legado de la crisis»

La desigualdad en los ingresos, la riqueza y las oportunidades se mantiene en niveles más elevados que antes de que explotara la crisis económica en 2008, indica el informe presentado ayer por la Comisión Europea. Los desequilibrios sociales se perciben claramente tanto dentro de cada estado como en las comparativas entre los Veintiocho.

La Comisión Europea (CE) advirtió ayer de que la desigualdad, los altos niveles de desempleo y la pobreza continúan siendo «retos clave» para los Estados miembros, al mismo tiempo que instó a los gobiernos a emplear la inversión y las reformas estructurales para impulsar el crecimiento.

El Ejecutivo comunitario alerta de que, si bien la recuperación es «firme», la economía de la UE aún tiene que abordar «el legado de la crisis», tal como se recoge en la comunicación que acompaña a los informes que publicó ayer, en los que analiza la economía y reformas de 27 estados (no se incluye a Grecia por estar bajo un programa de rescate financiero).

El informe se refiere en particular al desempleo de larga duración, un problema que, si no se ataja, corre el riesgo de convertirse en estructural. Aunque señaló que las políticas basadas en la inversión, las reformas y las políticas presupuestarias sólidas «están dando sus frutos», el vicepresidente para el Euro y el Diálogo Social, Valdis Dombrovskis, también señaló que «en vez de ofrecer a los europeos falsas promesas que no puedan cumplirse, debemos mantener el rumbo y seguir haciendo frente a las secuelas de la crisis y a las debilidades estructurales de nuestras economías».

En similares términos se pronunció la comisaria de Empleo, Asuntos Sociales, Capacidades y Movilidad Laboral, Marianne Thyssen, quien declaró: «El empleo sigue creciendo y vemos que los salarios están empezando a subir. Con la vuelta a un crecimiento moderado, es el momento de aprovechar la oportunidad para combatir enérgicamente el riesgo de pobreza y la desigualdad de ingresos y de oportunidades».

También el responsable de Asuntos Económicos y Financieros, Fiscalidad y Aduanas, Pierre Moscovici, utilizó ese tono de dar ánimos para no desfallecer: «Durante los últimos doce meses, muchos países de la UE han seguido avanzando, aunque no lo suficiente, en la respuesta a sus principales retos económicos. En momentos tan inciertos, una cosa está clara: estos retos solo se superarán si tanto los gobiernos ahora en el poder como los que les sucedan los abordan de forma decidida».

Grandes desequilibrios

De los deseos a la realidad: la evaluación de los desequilibrios pendientes que ha realizado la Comisión correspondiente al “Paquete de invierno del Semestre Europeo” pinta un panorama lleno de claroscuros.

Teniendo en cuenta el periodo 2008-2015, el porcentaje de personas que viven en la pobreza apenas se ha reducido en el conjunto de la UE (-0,5%), mientras que ha aumentado en la mitad de los Estados miembros. Grecia, que además del impacto de la crisis global, ha encajado el duro golpe de ser rescatada tras el fraude financiero cometido por los gobiernos del “turnismo”, es el país que más ha visto subir el índice de pobreza: 11 puntos para alcanzar el 22,2%.

Peor es aún la situación de Bulgaria, donde una de cada tres personas no ha salido de la pobreza (34,2%). Le siguen Rumanía (22,7%), Hungría (19,4%), Letonia (16,4) y Chipre (15,4%). También es destacable el índice de Italia (11,5%), una de las grandes economías de la UE.

En el lado positivo, pocas sorpresas más allá del enorme desequilibrio con el grupo anterior, ya que Suecia es la que tiene menos población en la pobreza (0,7%), seguida de Luxemburgo (2,0%), Finlandia (2,2%) y los Países Bajos (2,5%).

La trampa de los contratos a tiempo parcial

En el dosier dedicado al Estado español, la Comisión Europea alerta del uso «generalizado» de contratos temporales y de los efectos negativos que eso supone para la productividad, al mismo tiempo que critica que «fracasan» con frecuencia en el objetivo de servir de pasarela hacia carreras laborales estables y que pueden estar asociados a un elevado riesgo de pobreza. Bruselas constata que, pese a que las últimas reformas laborales parecen haber servido para reducir la segmentación entre contratos fijos y temporales, el Estado español posee una de las tasas más altas de temporalidad de la Unión Europea y también destaca que muchos de esos contratos son de «muy corta duración». GARA