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MOSUL

Los civiles de Mosul se debaten entre soportar el asedio o arriesgarse a huir

Los cerca de 750.000 civiles atrapados en el oeste de Mosul se enfrentan al dilema de aguantar los bombardeos y las duras condiciones del asedio impuestas por el Ejército o arriesgarse a ser ejecutados por el ISIS si huyen, lo que está acrecentando la crisis humanitaria en la ciudad, donde se come una vez al día y poco.

La situación humanitaria en la parte oeste de Mosul se degrada desde que los yihadistas del Estado Islámico (ISIS) cerraron los hospitales tras el lanzamiento de una ofensiva militar por parte de las fuerzas iraquíes, y debido también a las condiciones del asedio impuestas por los asaltantes. Además, la falta de agua potable es general en toda la ciudad, incluso en los barrios del este del río Tigris, liberados del control yihadista en enero. Y en la mitad oeste hay frecuentes cortes de electricidad y una escasez creciente de medicinas alimentos y otros productos básicos. «Nos estamos muriendo a cámara lenta», declaró a Efe por teléfono un vecino de esta ciudad situada en el norte de Irak.

«El hijo de nuestros vecinos murió hace cuatro días. Hace semanas que las familias comen una comida al día escasa, a menudo compuesta por yogur y patatas cocidas», contó a AFP por teléfono Abu Ahmad, residente en el barrio de Bab al-Jadid, en la orilla oeste del río.

Los precios de la comida se están disparando conforme se agotan las existencias, señaló la portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en Irak, Caroline Gluck.

«Los miembros del ISIS controlan todos los hospitales, en los que a partir de ahora solo ellos tienen derecho a ser atendidos. Incluso antes del cierre de los hospitales, los habitantes debían reembolsar al ISIS sumas de dinero que no tenían», afirmó un empleado del hospital Al-Jamhuri. Antes de la toma de Mosul por los yihadistas, la atención sanitaria era gratuita.

Unos 350.000 menores «están atrapados en la zona oeste de Mosul y las consecuencias de los bombardeos en estas calles estrechas y densamente pobladas pueden ser más mortíferas que todo lo visto hasta ahora», advirtió Save the Children.

Tras lanzar su ofensiva sobre el oeste de Mosul, el Ejército iraquí ha aislado completamente la ciudad y ha cortado todas las carreteras que conducen hacia Siria, para evitar que los yihadistas puedan recibir refuerzos o suministros. Estas duras condiciones y el miedo a los combates, que hasta ahora se restringen al extrarradio de la zona oeste, pueden provocar la huida de 245.000 personas de la urbe, según cálculos de Acnur.

Cientos de personas abandonar ayer sus hogares, en el primer desplazamiento de civiles que se produce en la zona desde el inicio de la ofensiva.

Sin embargo, los que tomen ese camino, se exponen al riesgo de ser ejecutados por el ISIS, como ocurrió en muchos casos durante la campaña en la mitad este de la ciudad y en otras localidades de la provincia.

Las fuerzas iraquíes, por su parte, aseguran que tratan de llevar a cabo una táctica «humanitaria» para reducir al máximo las bajas civiles, como hicieron, dicen, en la batalla por el control del este de Mosul. Insisten en que antes de irrumpir en la ciudad lanzan miles de panfletos con instrucciones de seguridad y, después, tienen «mucho cuidado» al atacar al enemigo. «Lo más importante es la seguridad de los civiles», señalan.

Sí parece que los bombardeos han sido selectivos, ya que la gran mayoría de los edificios de la mitad oriental de Mosul, con mayores o menores daños, siguen en pie, a diferencia de operaciones pasadas llevadas a cabo contra los yihadistas. En Falujah, liberada en junio, el 30% de la ciudad fue destruida, pero en Mosul no se ha podido seguir la misma táctica por la imposibilidad de evacuar previamente una urbe con más de millón y medio de habitantes.

Todo listo para el asalto al aeropuerto

Las fuerzas iraquíes se preparaban ayer para lanzar el asalto al aeropuerto de Mosul, puerta de entrada a la zona occidental de la segunda ciudad del país y último gran bastión del Estado Islámico (ISIS) en Irak. Apoyadas por la coalición internacional y bajo mando estadounidense, las tropas iraquíes consolidaron sus posiciones, cuatro días después de iniciar la ofensiva sobre el oeste de Mosul.

Su primer objetivo era ocupar el aeródromo, que no está operativo, y la base militar adyacente. Su control abriría la vía a un asalto sobre la periferia suroeste, cerca del río Tigris, que divide en dos la ciudad.

Desde el domingo, las tropas iraquíes han reconquistado un importante puesto de control en la autopista que une Bagdad y Mosul por el sur y Al-Buseif, desde donde se domina el aeropuerto y el sur de la ciudad.

Los avances de los últimos días permitieron a cientos de civiles huir de las localidades reconquistadas.

En las proximidades de Tal Afar, ciudad aún en poder del ISIS al oeste de Mosul y cerca la frontera siria, combatía contra los yihadistas la milicia Hashd al-Shaabi, una coalición compuesta esencialmente de combatientes chiíes que anunció la muerte de varios yihadistas y la explosión controlada de al menos cuatro coches bomba.GARA