Agustín GOIKOETXEA
BAKIO

Bakio reduce su deuda y camina hacia la estabilidad presupuestaria en 2019

Bakio, una de las localidades más endeudadas de Bizkaia, ha cerrado el pasado ejercicio reduciendo su pasivo gracias a una gestión basada en el ajuste del gasto, un presupuesto más real y la ayuda foral. El Gobierno municipal espera volver a la normalidad para final del mandato.

El Consistorio de Bakio ha logrado reducir la deuda que le impedía abordar inversiones, sujeto a un riguroso plan de ajuste que tutela la Diputación. Cerró 2015 con un nivel de endeudamiento que rondaba el 106% y ha logrado situar ese porcentaje en el 93% al final del pasado ejercicio.

La alcaldesa se atreve a apuntar a que, a final del mandato, esperan restablecer la «normalidad», situando el pasivo por debajo del 60%. «Supone cumplir con la estabilidad presupuestaria. A partir de ese momento, pasamos a ser soberanos en las decisiones sobre su presupuesto», destaca Amets Jauregizar.

Esa evolución positiva de la situación económica es consecuencia de la reducción del gasto por encima de las previsiones del plan de ajuste. El Gobierno municipal de EH Bildu aclara que lo fundamental ha sido ordenar el gasto, priorizando tanto el mantenimiento de los servicios como implementar otros que sus antecesores tuvieron que eliminar a partir de 2012.

Bakio vuelve a contar con servicio de jardinería, ha comprado contenedores para mejorar la recogida de basura, se ha reabierto el polideportivo con precios públicos, se iluminan zonas oscuras de la localidad y se contrata a personal para la brigada de obras. Gracias a las medidas adoptadas por los soberanistas, el Ayuntamiento ha cerrado con un remanente de tesorería de 1,2 millones de euros.

Previsiones superadas

Para superar las previsiones, a pesar de haberse prorrogado las cuentas heredadas del PNV, se han introducido en los presupuestos ingresos por convenios forestales con la Diputación y se han adecuado «a la realidad» los impuestos por construcciones y obras. Además, la alcaldesa se ha bajado el sueldo de 58.000 a 30.000 euros anuales (42%) al igual que las dietas (36%), y también se han ajustado las subcontrataciones. La Diputación les otorgó el año pasado 306.854,21 euros para ayudarles en su plan de saneamiento a sus maltrechas arcas.

Su intención es explicar en una reunión informativa la situación e informar del proyecto de presupuesto, que rondará los 3,7 millones de euros para 2017.

Bakio es un pueblo marcado por la estacionalidad y el desequilibrio del servicio público entre invierno y verano. Un 60% de las viviendas son de veraneantes, lo que repercute negativamente a la hora de recibir fondos de Udalkutxa tomando como base a los empadronados.

Así, con el plácet foral, se decidió aplicar un gravamen a las viviendas vacías con el objetivo de poder mantener e implementar servicios que hay que dar todo el año y reforzarlos en el periodo estival. «Hasta ahora, los servicios han estado orientados a ser sostenidos exclusivamente por el desarrollo urbanístico. El modelo actual –subrayan– tiene como objetivo disminuir la incertidumbre y reducir la influencia de los factores externos y de las inversiones de las constructoras en la evolución económica de Bakio».