Imanol CARRILLO
SAHARA MARATHON

Mucho más que correr en el desierto

Cientos de personas, entre ellos mínimo 25 vascos, participan desde el sábado en los actos reivindicativos a favor del pueblo saharaui.

Las carreras populares como la Behobia-Donostia, de 20 kilómetros, suelen dar mucho que hablar, tanto en los días previos a la prueba como a posteriori. Pero el Sahara Marathon es otra historia. Cuatro pruebas diferentes atraen a cientos de personas de todo el mundo, comenzando por los 42km, siguiendo por el medio maratón (21km), continuando por los 10km y terminando por los 5km. Sin embargo, allí nadie habla sobre la carrera una vez cruzada la meta. Su reclamo es otro: vivir una experiencia solidaria, intercultural y muy emotiva en convivencia con los refugiados saharauis en los campamentos de Tinduf (Argelia).

La edición de este año, la número 17 desde que comenzó en 2000 –en 2013 no se disputó por falta de medidas de seguridad–, se celebra desde este pasado sábado hasta el próximo 4 de marzo, con el día 28 –mañana– marcado en rojo por la disputa del maratón y las demás pruebas. Se trata de un recorrido desértico, pedregoso y con zonas aisladas de arena en todas las carreras. El trazado del maratón es llano en la primera mitad, después se encuentran varios repechos y balsas de arena, entre los kms 21 y 28, y vuelve a ser plano el tramo final. Hay avituallamientos cada tres kilómetros y se cruzan los campamentos de El Aaiun, Auserd y Smara, una conexión simbólica entre tres campos que ha sido la casa de los refugiados durante 41 años, desde que cientos de miles de saharauis se vieron obligados a tener que malvivir exiliados fuera del Sahara Occidental.

Los récords están en posesión del corredor argelino Rhamnia Abdlatif, 2:39:46, y de la cordobesa María Dolores Jiménez Guardeño, 3:36:02. Pero la presencia vasca tiene mucho que decir en este evento. Este año acuden desde Madrid 25 corredores procedentes de Euskal Herria –y podrían ser más los que vayan por su cuenta–, entre ellos Jon Salvador, vencedor de esta prueba en 2010, segundo en 2011 y que tenía el récord de la prueba, con 2:42:40, hasta que se la arrebató Abdlatif. Habituado a correr maratones y a aventuras solidarias con Javi Conde –una de las últimas hacerlo dentro de la cueva de Pozalagua–, el vizcaino es uno de los favoritos a la victoria o, al menos, a estar cerca de los mejores.

También tomarán parte, en representación de la asociación Ferroviarios Vascos Sin Fronteras –han recogido medicinas para repartir–, Santi Salazar, Borja Bizkarguenaga y la periodista Begoña Beristain, y por parte de Tolosaldea Sahararekin, será todo un veterano como Gregorio Eizagirre quien se atreva, por décima vez, con los 10 kilómetros.

Además del día grande de mañana, el programa incluye día libre en Smara y recogida de dorsales, actos de la fiesta nacional saharaui (hoy), entrega de premios (miércoles), visitas culturales y excursión a las dunas (jueves), y visita al Muro (viernes, si las condiciones los permiten) y partido de fútbol entre Selección Saharaui y Sahara Marathon.

Para ver la grandeza de este pueblo, que espera un avance en las negociaciones auspiciadas por la ONU para dar una salida a su situación y que se respeten los Derechos Humanos en los territorios ocupados del Sahara Occidental, solo hace falta ver la hospitalidad que los saharauis reservan para sus invitados. Y es que durante la semana que permanecen en Tindouf, los participantes se alojan en «haimas» o casitas de adobe de familias saharauis. Como explica a este periódico Gregorio Eizagirre, «estas familias dan hasta lo que no tienen para que estemos a gusto».

Las zancadas en el desierto de multitud de corredores se han convertido en instalaciones deportivas, escuelas de deporte, entregas de medicamentos y material escolar en hospitales y colegios con el dinero recaudado en cada edición. También se han enviado caravanas con ayuda primaria y equipamiento deportivo aportado por instituciones, empresas y particulares. De igual modo, se ha apoyado el hermanamiento entre escuelas saharauis y estatales, además de promover que deportistas saharauis puedan participar en competiciones internacionales fuera de estos campamentos.