Al menos 24 personas murieron ayer, entre ellas 8 atacantes, y 55 resultaron heridas en dos ataques coordinados de los talibanes en Kabul contra una oficina del principal organismo de inteligencia del Gobierno y una sede policial, informaron fuentes oficiales. De acuerdo con el Inspector Especial General para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR), el Gobierno sigue perdiendo terreno y controla ya apenas un 57% del país.

El primer ataque comenzó sobre las 12.30, hora local, con la explosión de un coche bomba en las inmediaciones de un complejo de las fuerzas de seguridad en el distrito 6 de la Policía, en el oeste de la capital, a la que siguió un tiroteo que se prolongó durante varias horas. Un kamikaze hizo explotar su coche en los muros traseros de dos edificios, entre el complejo de la Policía y un centro de reclutamiento del Ejército. «Otros cuatro atacantes armados entraron en los dos edificios», explicó el portavoz de la Policía local, Abdul Basir Mujahid. Además de todos los atacantes, de los que cuatro fueron abatidos por las fuerzas de seguridad y otro pereció tras inmolarse, el atentado acabó con la vida de 15 personas y causó heridas a otras 50, en su mayoría civiles afectados por la ruptura de cristales en viviendas cercanas.

Un segundo ataque tuvo lugar en la zona policial número 12, en el este de Kabul, causando la muerte de un civil y heridas a otros cinco, apuntó el portavoz del Ministerio de Salud Pública, Wahidullah Majroh. Fue perpetrado por dos atacantes y estuvo dirigido contra una oficina del Directorio Nacional de Seguridad (NDS, en inglés), la principal agencia de inteligencia afgana.