GARA
BILBO

La UPV-EHU patenta el uso de bacterias para mecanizar piezas de cobre

El término «Mecanizados...», junto a un topónimo o un apellido, ha dado lugar a un buen número de denominaciones de empresas en nuestro país. En la Escuela de Ingeniería de Bilbo han desarrollado una investigación sobre una peculiar técnica de «biomecanizado».

La investigación de la que dio cuenta ayer la UPV-EHU ha sido realizada por miembros de los departamentos de Ingeniería Química y del Medio Ambiente, y de Mecánica en la Escuela de Ingeniería de Bilbo. Concretamente, Luis Gurtubay, Norberto López de Lacalle, Ana Elías, Adrián Rodríguez y Estíbaliz Díaz-Tena, profesores e investigadores de ese centro universitario, han patentado un método, al que han denominado «Procedimiento continuo de biomecanizado de una pieza de cobre», para mecanizar piezas de este metal utilizando la bacteria Acidithiobacillus Ferroóxidans.

Como explicó la Universidad, el mecanizado es el conjunto de operaciones mediante el cual, partiendo de una pieza en bruto y tras eliminar parte del material que la compone, se obtiene una pieza de la forma y dimensiones deseadas. Es un proceso muy común en la industria, particularmente en Euskal Herria, donde es fácil encontrar empresas que llevan el término “mecanizados” en su nombre oficial.

Proyecto innovador

En cuanto a la investigación que ha finalizado en la patente, ha sido debida a «un proyecto innovador que buscaba mecanizar piezas de cobre en presencia de microorganismos». A partir de la primera idea, «se generó una extensa línea de trabajo, gracias a la cual Estíbaliz Díaz-Tena realizó su tesis doctoral internacional “Biomachining of oxygen-free copper: development of a continuous process for industrial application”».

Actualmente, ella y los investigadores de la Escuela de Ingeniería continúan desarrollando esta línea de trabajo, tratando de buscar la implantación del proceso de biomecanizado en aquellas industrias donde se aplican procesos de fabricación más tradicionales, generalmente poco amables con el medio ambiente. Esta investigación está financiada por el Ministerio español de Economía, Industria y Competitividad. «Estamos tratando de abrir nuevos frentes, aplicando la biotecnología a la recuperación de metales en equipos electrónicos obsoletos, cuyo vertido constituye una fuente de contaminación de suelos y/o aguas», explica la propia Díaz-Tena.

El grupo de investigación han contado también con el apoyo de los Servicios Generales de Investigación de la UPV-EHU (SGIker), el Gobierno de Lakua, el Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales (Cindefir), la Universidad de Cádiz, el Centro de Astrobiología INTA-CSIC, la empresa biotecnológica Guserbiot y la compañía de distribución de cobre Gindre Torns.

Aniversario de biomaGune

Por otro lado, el centro de investigación vasco en biomateriales CIC biomaGune, con sede en Donostia, conmemoró ayer su décimo aniversario, una década en la que ha logrado una facturación global de 3,7 millones de euros. En este tiempo, biomaGune, dirigido por Manuel Martín Lomas y Luis Liz Marzán, ha acogido a 261 investigadores procedentes de 31 países.

En estos diez años, ha acometido una inversión de 21 millones de euros en equipamiento científico-tecnológico. El centro dispone de 3.600 metros cuadrados de superficie en sus instalaciones del Parque Científico y Tecnológico de Gipuzkoa.