Imanol Intziarte
Periodista
SEIS NACIONES 2017

Fiesta incompleta inglesa en un torneo sin fuegos artificiales

Inglaterra ha revalidado su título del Seis Naciones. Los de Eddie Jones, sin embargo, han pasado apuros tanto en Gales como en su casa frente a Francia e Italia. Su victoria, en un torneo donde pocas cosas quedarán para el recuerdo, ha demostrado que les queda mucho camino por recorrer si de verdad quieren aspirar a ganar el Mundial de Japón 2019.

Repite Inglaterra triunfo en el Seis Naciones, aunque sin Grand Slam. Los de Eddie Jones son el mejor equipo de entre los mortales, pero lejos de esos dioses que habitan en las antípodas y visten de negro; se pongan como se pongan algunos medios con sede en Londres, que quizás confunden deseos y realidad.

Tampoco parece justo irse al otro extremo para negarles el pan y la sal. Dieciocho victorias consecutivas y dos Seis Naciones no se consiguen siendo una banda, por muy en horas bajas que estén los demás.

Los ingleses son un equipo sólido con ventaja en el fondo de armario. Tienen más piezas para minimizar el desgaste, tanto a corto plazo –el banquillo durante un partido– como a largo plazo, cubriendo las bajas con las que hay que lidiar antes y durante el torneo.

No ha sido un Seis Naciones para el recuerdo, ni mucho menos. Poca cosa quedará almacenada en el disco duro. La mística, la historia, las gradas, los himnos… y poco más. Se implantó el bonus ofensivo, pero si descontamos los partidos de Italia se han posado 34 ensayos en diez encuentros. Y 10 de ellos en el Inglaterra-Escocia, 24 en los nueve choques restantes.

 

Los ingleses, lo dicho, sin la guinda y con la sensación de que si su objetivo es ganar el Mundial de Japón 2019 tienen muchos deberes para estos dos años y medio. Por detrás mucha igualdad entre Irlanda, Francia, Escocia –empatados con 14 puntos– y Gales, con 10.

El calendario, a vuelta única, tiene su peso. El orden podría haber sido cualquier otro si por ejemplo los dragones no hubieran jugado dos en casa y tres fuera. Todos los choques entre los miembros de este cuarteto se saldaron con victoria local.

Se esperaba que Irlanda peleara el triunfo final, pero se ha tenido que conformar con celebrar San Patricio cortando la racha victoriosa de su enemigo favorito, al igual que hizo ante Nueva Zelanda en Chicago el pasado noviembre. Ser David da satisfacciones, vale, pero a la larga sabe a poco cuando tu objetivo es ejercer de Goliath.

Gales y Francia, ideales para sobremesas de sofá y manta. Les cuesta un horror generar juego. Los chispazos han corrido a cargo de Escocia, en la despedida de Vern Cotter como técnico. Su primera parte ante Irlanda y la segunda ante Gales han sido de lo más entretenido del torneo. Los del cardo tienen sus limitaciones –Inglaterra les destrozó en Twickhenham–, pero su línea de tres cuartos liderada por Russell y Hogg hace que merezca la pena pagar una entrada.

Queda para el final Italia. No da la talla. Punto. Como cada año, ha surgido el debate sobre un Seis Naciones abierto, con ascensos y descensos. Pólvora mojada. Es una competición privada y sus integrantes no van a tirar piedras sobre su propio tejado. Roma es, además, un destino atractivo y barato para el resto de aficiones, y no hay problema de entradas. ¿Van a cambiarlo por la lejana Tbilisi, en Georgia?

Para la colección de anécdotas quedará lo sucedido en el Inglaterra-Italia, cuando los transalpinos decidieron no entrar a los rucks, evitando así que se formara la línea del fuera de juego. La táctica, sin ser habitual, no es desconocida. Pero los jugadores ingleses, profesionales ellos, se vieron desbordados y apelaron al colegiado sobre cómo actuar. Romain Poite dejó una frase para los libros: «Soy un árbitro, no un entrenador».

Al final del choque hubo que escuchar a Eddie Jones acusando a los italianos de pervertir el espíritu de la norma, cuando estos no hicieron sino diseñar una reglamentaria telaraña defensiva para dificultar el juego de su rival. Pataletas de equipo grande que espera del pequeño que asuma su papel de víctima.

Ha habido otros Seis Naciones. En féminas –este verano toca Mundial– y sub’20, Grand Slam para Inglaterra. Y en la segunda edición del Americas Rugby Championship, donde Argentina juega con su segundo equipo, el campeón ha sido Estados Unidos.