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Trump empieza a desmantelar el legado medioambiental de Obama

Donald Trump inició ayer el desmantelamiento de las políticas medioambientales y el legado para combatir el cambio climático implementadas por Barack Obama, con la confesa intención de fomentar las energías fósiles en nombre de la creación de empleo. Trump firmó el decreto para revertir las políticas medioambientales de su predecesor.

El presidente de EEUU, Donald Trump, firmó ayer el decreto para empezar a desmantelar el legado medioambiental de su predecesor en la Casa Blanca, Barack Obama, revertiendo las políticas para combatir el calentamiento global.

Una pieza clave del decreto de Trump, firmado en la sede de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) en Washington, es que elimina el requisito de que las agencias del Gobierno federal consideren el impacto para el cambio climático en su toma de decisiones.

La orden de Trump también pide revisar y reescribir las directrices del Plan de Energía Limpia de Obama, lanzado en 2015 con la meta de que Estados Unidos reduzca para 2030 en un 32% las emisiones de carbono de las centrales eléctricas con respecto a los niveles de 2005.

Si esa norma, bloqueada por la Justicia tras las demandas presentadas por una treintena de estados, entrara en vigor, llevaría al cierre de numerosas centrales a carbón (las más antiguas y contaminantes).

En un breve discurso antes de firmar la orden, Trump, que niega la realidad del cambio climático, proclamó el inicio de una «nueva era» para la producción de energía en EEUU y la eliminación de la «intrusión» gubernamental en el sector. Afirmó que la «guerra al carbón» ha terminado, al prometer la cancelación de regulaciones del Gobierno federal que, dijo, están «matando empleos» y anticipar una «nueva revolución energética», centrada en fomentar una producción nacional «abordable y limpia» que asegure la independencia energética del país con el fin de «favorecer el crecimiento económico y la creación de empleos». Pero la mayoría de expertos duda de que el decreto genere empleos netos y de que el sector crezca.

Reforma fiscal

En su afán por acabar con el legado de Obama y tras el fracaso en derogar el «Obamacare», la Administración Trump fija ahora su atención en la reforma fiscal, confiando en que genere menos división en el seno de la mayoría republicana.

El vicepresidente, Mike Pence, dijo el sábado que los detalles de la reforma, que Trump asoció con el mayor recorte de impuestos desde Ronald Reagan, se presentarán pronto a los congresistas. Pero renovar el código fiscal en su totalidad, lo que no se ha hecho desde 1986, ha sido un reto de varios presidentes, que no lograron superar los obstáculos de procedimiento y los delicados compromisos necesarios.

Las reuniones con Kushner, «práctica común» para Moscú

El Kremlin calificó ayer de «práctica común de las empresas» las reuniones de Jared Kushner, yerno y asesor principal de Donald Trump, con Serguei Gorkov, jefe del banco público de desarrollo VEB, sancionado por la Administración Obama por la anexión de Crimea. Kushner, principal contacto con gobiernos y políticos extranjeros durante la campaña y la transición, se reunió también con el embajador ruso en EEUU, Serguei Kislyak. Ahora deberá declarar ante el Comité de Inteligencia del Senado, que investiga la conexión entre Rusia y la campaña presidencial de Trump y la posible interferencia de Moscú. El VEB confirmó una reunión, el año pasado, como parte de las consultas realizadas para establecer su nueva estrategia. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que «son prácticas corrientes de las empresas (…) es una prerrogativa de la dirección del banco». Para Trump, sus supuestos vínculos con Rusia son «una patraña» e insistió en que el Congreso debería investigar las relaciones que el matrimonio Clinton estableció con Rusia y no a él.GARA