El matrimonio entre la industria cinematográfica y la espiritual es algo tan viejo como las mismísimas Sagradas Escrituras. Aunque la segunda parte del contrato no se halle ahora mismo en sus mejores momentos de popularidad, parece que todavía le quedan fuerzas para al menos recordarle al mundo que le siguen quedando historias por contar. El resto lo pone un calendario todavía marcado por los cálculos lunares de la Iglesia.

Y es que con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, no debe sorprender que la cartelera preste atención a alguna que otra propuesta con el mensaje bíblico como principal carta de presentación. “Últimos días en el desierto” es un film de 2015 que indaga en uno de los capítulos más famosos en la vida de Jesús de Nazaret, eso sí, con una sensibilidad y ambiciones que poco o nada tienen que ver con esos subproductos empeñados en sumar más almas al rebaño del Señor. El talentoso Rodrigo García, quien escribe y dirige para la ocasión, vuelve a dar señales de vida desde un desierto fértil en lo que a debates y tentaciones morales se refiere. Su película es, al fin y al cabo, una parábola bellamente filmada y aún mejor escrita, que cala mucho más allá de la –débil– carne.