Raimundo Fitero
DE REOJO

Las leyes

Que nadie se rasgue las vestiduras. Basta ya de hipocresías funcionales, de gesticulaciones sobreactuadas: los fiscales y jueces que han enjuiciado y condenado a la tuitera Cassandra Vera lo han hecho apoyándose en un artículo del código penal aprobado por la mayoría de sus señorías en el parlamento español, por lo que ahora no se puede echar la culpa a los servidores de la ley, sino a quienes las escriben y las aprueban y las mantienen en el tiempo. Son las leyes las que han emprendido de manera calculada este deterioro de la democracia. Es la vergonzosa falta de ideario de los políticos de carrera lo que hace que actualmente existan esas leyes mordaza que en tantos estamentos, en tantos lugares, están corroyendo cualquier idea razonable de vivir en una democracia avanzada, sino lo contrario.

Además, en este caso, se está tratando con material muy sensible. Se pone la palabra “terrorismo” junto a “exaltación” y nos sale un constante uso discriminado de la noción y la calidad de la democracia y del concepto sagrado de la libertad de expresión. Para mayor abundamiento, estamos ante una sentencia contra el humor, es decir, van mucho más allá de lo concreto, se trata de ejemplarizar, o sea, amedrentar, acojonar, limitar el humor político, el libre pensamiento. La discrepancia, lo no habitual.

Pero si la sentencia es escandalosa, las reacciones de algunos portavoces de los partidos son demoledoras. El señor Hernando, portavoz de la banda de Rajoy, que humilló a las víctimas del franquismo, me imagino que por sentirse aludido como victimario, habla de respeto. Albert “todo por España” se manifiesta con su tendencia a ser el extremista defensor de los tics franquistas. Los del partido zombie están haciendo, como siempre, el paripé. Prohibido hacer bromas con el franquismo. Esa es la lección.