Agustín GOIKOETXEA

VECINOS ALERTAN DE LA «INESTABILIDAD» DE LA POLÉMICA PARCELA DE PANERA

El inicio de la comercialización de las 96 viviendas que tendrá la torre de 19 pisos que se quiere edificar en la parcela de Panera, en Uribarri, preocupa a los vecinos. Advierten de la «inestabilidad» de un solar, cuya finca registral corresponde al terreno de la carretera.

Bilbo Barria es el nombre de la promoción de vivienda libre que comercializa Amenabar para la parcela de 3.000 metros cuadrados de Panera. Se trata de una torre de 19 alturas –más altas que las que ya existen–, de la que se destaca su «excelente ubicación», junto al parque de Etxebarria y a cuatro minutos del Ayuntamiento. En sus zonas comunes, el rascacielo dispondrá de piscina y un espacio de ocio con hierba artificial en la terraza, además de gimnasio, sauna y jacuzzi en la planta más baja. Los tres primeros niveles del futuro inmueble serán destinados a los vecinos de Uribarri, tal y como determina el Plan General.

El edificio, aseguran sus impulsores, pasará a formar parte del nuevo skyline del Botxo. Amenabar destaca el carácter emblemático del proyecto, algo que nadie duda, aunque los vecinos desde otro prisma. Los residentes del área de Calixto Leguina, Tomás Zubiria e Ibarra y Valentín de Berriotxoa han reiniciado sus movilizaciones, reivindican que en ese terreno no se edifique y se destine a zona verde. El asunto preocupa, como lo demuestra que 120 personas acudieran a una asamblea informativa, en la que mucha gente no pudo acceder al estar repleto el local donde se desarrolló.

A los vecinos les preocupa la «inestabilidad» de un terreno que fue en el pasado la escombrera donde la fábrica de Echevarría depositaba las escorias de la acería, «que se manifiesta por un agujero que han intentado rellenar tres veces». En ese problema, apuntan, tienen mucho que ver los tres arroyos que descienden de Artxanda y que confluyen en el colector de pluviales de Caserío Larrazabal y también el de aguas fecales, que tiene «defectos graves», como la canalización de las aguas en Valentín de Berriotxoa. A ello, añade, está que la galería de la línea 3 del metro pasa justamente por debajo de esa parcela.

Desde la asociación vecinal Gure Etxea advierten de que la situación de «inestabilidad» llega al extremo de que se ha desalojado el parvulario municipal que está en uno de los actuales bloques de viviendas. «El Ayuntamiento ha decidido no usarlo más por la inestabilidad y los problemas estructurales que tiene», explican. La comunidad de propietarios de ese edificio, informan, ha encargado un estudio geotécnico para asegurarse de cómo esta su casa.

En ese contexto, el organismo ciudadano ha comenzado una recogida de firmas, que acumula ya más de 500 rúbricas. En el escrito que se va a remitir al Área de Urbanismo, los vecinos solicitan al Consistorio bilbaino que no permita la construcción del rascacielos que comercializa Amenabar. Preocupa el «gran volumen» del futuro edificio en un terreno inestable, según su análisis.

Presunta ilegalidad

El otro argumento que sustenta la petición es que la finca 30.486, donde se pretende levantar la torre, corresponde al terreno de la carretera, cuyo título de propiedad lo detentaban los herederos de Panera, lo que entienden es una ilegalidad. «Según todos los informes de los técnicos municipales, el volumen edificable del solar estaba agotado pero el Ayuntamiento –denuncian– lo recalificó y les ‘regaló’ el volumen edificable para que construyeran este bloque».

Los vecinos añaden que después de 42 años de conflicto legal, «los tribunales y el Ayuntamiento han permitido que se construya contabilizando un suelo municipal como computable para que les salgan las cuentas del número de viviendas. Se han superado –advierten– todos los límitres de vivienda a construir por hectárea». Los afectados califican de «kafkiana» la situación creada a raíz de que los herederos de Panera hayan vendido la finca a Amenabar.

«Todas las fincas segregadas de la matriz 20.744 de Panera, afectada por la construcción de la autovía en 1968, tendrán edificaciones y está agotada. Si según el Ministerio de Obras Públicas y el Boletín Oficial de Bizkaia, la finca matriz contiene la parcela 55 de la carretera y ésta no es edificable, ¿en qué limbo la han metido?», se preguntan. Otra «incongruencia» que han detectado es que todas las fincas segregadas de la matriz están en la manzana 184, «por lo tanto en terreno edificable. La finca 30.486 , inventariada por el Ayuntamiento como finca de la autovía, la han vendido y por último, las escrituras del edificio y viviendas de Amenabar en la finca registral que corresponde con la carretera».

Desde la asociación vecinal inciden en que «si no se pone remedio a este sinsentido, veremos cómo se construye el edificio de Amenabar. Entonces, todas las fincas segregadas de la 20.744 estarán con edificios de viviendas y la antigua autopista habrá pasado por la mencionada finca 20.744 sin tocarla ni mancharla y habrá sido un mal sueño, y por tanto, no ha existido ni existirá nunca registralmente».

Los afectados por la operación aseguran que la constructora Amenabar «ya sabe que la finca registral que ha comprado fue corrida de la autovía al solar de Panera y que hay doble inmatriculación». En ese sentido, recuerdan que «le dieron datos» a la empresa «y ella decidirá qué hace».