Natxo MATXIN
Athletic

El submarino torpedea las opciones europeas rojiblancas

Los de Ernesto Valverde perdieron todas sus opciones en el inicio de la segunda parte, cuando encajaron dos dianas decisivas en poco más de diez minutos. No hubo suerte en ataque y Aduriz se estrelló contra los largueros hasta en dos ocasiones.

VILLARREAL 3

ATHLETIC 1


El sexto puesto es asunto vasco. La derrota del Athletic en Villarreal deja abierta la lucha europea entre tres equipos vascos. Seguro que los rojiblancos siguen muy de cerca la jornada y, especialmente, los encuentros de Real y Eibar, que podrían superarles e igualarles, respectivamente, en la tabla. El cuadro vizcaino sucumbió en el primer tramo de la segunda parte encajando dos goles decisivos en poco más de diez minutos.

Eso sí, fue trepidante el inicio que firmaron ambas escuadras, apretándose mutuamente en la salida de balón, a la espera de herir al adversario tras una pérdida. Velocidad parecía ser la clave del choque y así lo entendió Ernesto Valverde al colocar a dos rayos en sendas alas. Una apuesta valiente –líneas bastante adelantadas– y no exenta de riesgos, como se pudo comprobar en el minuto 11 cuando Castillejo ganó la espalda a Laporte y un agobiado Kepa, con cierta fortuna, logró abortar la peligrosa ocasión local.

Transcurrido el primer cuarto de hora de tanteo, cuando parecía que cada equipo se metía en el papel esperado, llegó el momento del acierto. Primero lo tuvieron los anfitriones en una jugada ofensiva de largo recorrido, cuyo acoso fructificó porque los rojiblancos no supieron cortocircuitar la prolongada acometida castellonense. Y que el autor del 1-0, Víctor Ruiz –fue su primera diana como amarillo–, tuvo la fortuna de su lado al caerle el rebote del poste tras despeje casi bajo palos de Yeray cuando Kepa ya estaba batido a tiro de Castillejo.

Una de las máximas futbolísticas y de pura lógica asegura que el mejor antídoto tras encajar un gol es aplicar la misma medicina al enemigo. Y la réplica vizcaina fue fulminante. Ni tres minutos les costó a los pupilos de Valverde volver a equilibrar el luminoso. De otra jugada de estrategia –saque de esquina– muy bien botada por Beñat y muy mal defendida por el Villarreal sacó petróleo un Laporte en el segundo palo que enganchó con mucha calidad el cuero sin dejarlo botar para alojarlo en las mallas.

La efervescencia anotadora dio paso a una fase, si no más tranquila, sí menos productiva, como si a los dos contendientes les hubiese quedado muy claro que se podían hacer bastante daño. Encajados los golpes, el respeto se instaló sobre el césped. Se cuidaron más las retaguardias en dejar huecos y los lances más reseñables llegaron con intentonas desde fuera de las respectivas áreas.

Hasta que la aproximación del descanso volvió a acelerar las palpitaciones con dos claras oportunidades, una por cada lado, de marcharse en ventaja a vestuarios. Una gran manopla de Kepa en el 32 impidió que el trallazo de Mario se convirtiese en el segundo tanto local, mientras que el travesaño evitó en el tiempo añadido que el testarazo de Aduriz subiese al marcador.

Dos golpes seguidos

Poco antes de ese arreón por duplicado que no tuvo materialización, el cuadro vizcaino se quitaba un peso de encima con la lesión de Castillejo, un auténtico incordio para la zaga rojiblanca. Sin embargo, los leones entraron un tanto dormidos a la reanudación, permitiendo pensar a un Rubén Soriano para dar un pase de listo y al espacio a Bakambu quien, pese a recuperarle la ventaja inicial un veloz Yeray, acabó por revolverse y sacar un disparo raso y ajustado a la base de la madera, imposible para la estirada de Kepa.

Al Athletic le tocaba volver a remar y el partido entraba en una dinámica que no favorecería a los vascos. El público local, muy mosqueado por el último arbitraje frente al Eibar, fue calentando la cabeza del trencilla, hasta el punto de que señaló una infracción que no lo pareció de Raúl García a Soldado en un lateral del área rojiblanca.

Ambos futbolistas, viejos conocidos que coincidieron en las filas de Osasuna, volvieron a ser protagonistas en la ejecución de la falta. El valenciano bloqueó al de Zizur Nagusia –pareció que de manera antirreglamentaria–, lo que permitió a Víctor Ruiz, muy activo ayer en ataque, prolongar de cabeza al otro palo, donde entró también con la testa el reemplazo Adrián.

Digeridos los dos mazazos, el conjunto vizcaino buscó estirar líneas y achuchar los dominios de Andrés Fernández. Lo cierto es que faltó esa pizca de suerte necesaria para recortar distancias. El larguero volvió a interponerse en las intenciones de Aduriz y San José, casi a continuación, se quedó a mitad de camino entre el control y el remate en un muy buen balón profundo cercano al área pequeña villarrealense.

Dos golpes seguidos

El dominio rojiblanco se hizo mucho más intenso en el último cuarto de hora del encuentro, coincidiendo con la merecida expulsión de un Víctor Ruiz que también se erigió en protagonista negativo –dio una patada sin balón a la rodilla de Williams– y que enfiló el camino de vestuarios antes de tiempo.

Con más corazón que cabeza y un adversario atrincherado en propia área, los de Valverde volcaron todos sus esfueroz en abrir balones a los costados para buscar luego sucesivos centros y las cabezas de Aduriz y Raúl García. Fue, por contra, De Marcos el que dispuso del mejor lance, con un remate con la rodilla que anuló la rápida salida del meta anfitrión.

De Marcos: «No es decisivo»

Aunque dolido por volver a salir derrotado de un estadio que se resiste en los últimos tiempos, Óscar de Marcos prefirió ver la botella medio llena ante las ocho decisivas jornadas que se avecinan. «Creo que quizás ha sido un resultado un poco amplio, pero no es decisivo», apuntó.

Al futbolista alavés, como a buen seguro al resto de los aficionados rojiblancos, le gustó más el papel del equipo en la primera parte, un periodo que fue «equilibrado» a su juicio, y en el que ambas escuadras «no nos dejamos dominar».

Para De Marcos, el lance clave del choque contra el submarino amarillo fue el gol anotado por Bakambu nada más iniciarse los segundos cuarenta y cinco minutos. «El 2-1 nos ha afectado –reconoció–, queríamos apretar arriba y nos han pillado con un pase profundo».

El Athletic intentó reponerse lo más pronto posible del puñetazo recibido, pero casi a renglón seguido encajó el segundo, debido a que adelantó líneas, «buscando disponer de ocasiones». Sin embargo, no fueron materializadas y eso se pagó con creces. Puestos a ser positivos, De Marcos recordó que «hace apenas seis días estábamos octavos» y aventuró pelea «hasta el final». N.M.

Laporte marca su segundo gol de la actual temporada

Aunque finalmente no sirvió de mucho, Aymeric Laporte anotó en el estadio de La Cerámica su segunda diana de la presente campaña, al empalar de modo certero un envío desde el corner de Beñat. El joven central ya había marcado otro gol decisivo en la visita que realizó el Athletic al Nuevo Los Cármenes, logrando el 1-2 con el que los rojiblancos consiguieron traerse de Granada los tres puntos a Bilbo.

Villarreal sigue siendo una plaza vetada

Villarreal es una plaza que se le resiste en los últimos tiempos al conjunto vizcaino. Tras la derrota de ayer, ya son nada menos que doce años en los que el Athletic no firma una victoria liguera en el estadio castellonense. La última vez que el cuadro rojiblanco consiguió imponerse al submarino amarillo en su feudo fue en la pasada edición del torneo copero, cuando protagonizó un 0-1 gracias a un gol de Williams.