EDITORIALA
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La caída de los salarios, ni casual ni inocente

El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio (OMC), los pilares sobre los que se ha construido la arquitectura económica global del último medio siglo, reconocieron ayer sin paliativos lo que resulta una evidencia: «El comercio está dejando atrás a demasiados individuos y comunidades». El FMI, en particular, publicó un informe en el que dice que los salarios están en el punto más bajo de los últimos 50 años.

Para afirmarlo, el FMI se apoya en la constante reducción del peso de las rentas del trabajo en el total del PIB. Es decir, la cantidad de riqueza generada en un territorio que se distribuye a través de los salarios. La tendencia es global y, evidentemente, impacta también en Euskal Herria. El informe presentado ayer por ELA sobre la evolución salarial en Hego Euskal Herria recoge que entre 2010 y 2015, en solo un lustro, el porcentaje del PIB destinado a rentas salariales ha bajado del 49,2% al 46,7% en la CAV. En Nafarroa la reducción va del 50,1% al 46,9%. Son números tras los cuales se esconde una notable pérdida de poder adquisitivo por parte de los trabajadores –1.582 millones de euros de merma, según los cálculos del sindicato–. Números que, además, esconden las notables diferencias entre quienes tienen un contrato fijo y quienes sufren un contrato temporal. Sin olvidar la distancia entre los salarios de los hombres y las mujeres –las navarras cobran de media un 29,6% menos, y las de la CAV, un 23,9% menos–.

El FMI liga gran parte de la caída de los salarios al impacto de las nuevas tecnologías. Aunque su influencia es innegable, las diferencias entre contratos fijos y temporales –o entre hombres y mujeres– desenmascaran el intento de circunscribir el fenómeno a mero daño colateral del progreso tecnológico. No cuela. Es el resultado de una política económica concreta aplicada también en Euskal Herria, cuyo resultado es este proceso de acumulación por desposesión que concentra la riqueza cada vez en menos manos.