ANAITASUNA 27

MAGDEBURGO 34

Anaitasuna se dejó la piel en la cancha de La Catedral, pero entre que la exigente ida de cuartos de la Copa EHF no le llegó en el mejor momento físico de la plantilla y el Magdeburgo demostró estar a otro nivel, la eliminatoria quedó prácticamente ventilada del lado alemán, salvo milagro deportivo que no se espera el próximo sábado.

Sí que hubo un momento para soñar, cuando se cumplía el minuto 24 y los anfitriones, exprimiéndose al cien por cien, consiguieron igualar la contienda (10-10), el único instante en el que estuvo equilibrado el marcador. El resto del choque fue un claro monólogo teutón, con un Green infranqueable en la portería, un O´Sullivan dirigiendo la orquesta con precisión germana y unos extremos que hicieron mucho daño.

El frenético ritmo de los visitantes –con unas transiciones fulgurantes– era imposible de contener para un Anaitasuna que hizo lo que pudo ante la insultante diferencia de calidad. Al menos, durante la primera mitad, los de Juanto Apezetxea lograron sostener la avalancha y que el Magdeburgo no se marchase de mucho en el luminoso.

Ya en la segunda parte, los locales acusaron en extremo el bajón físico de algunos de sus jugadores más desequilibrantes. Se notó especialmente en el aspecto ofensivo y también se echó mucho en falta la presencia de Garza en defensa. Ello provocó que la desventaja se fuese agrandando a medida que avanzaban los minutos y se fuese incluso hasta los nueve goles (24-33), a falta de solo tres minutos para el final.

Maquilló, en parte, el conjunto navarro esos números con un último arreón que dejó los guarismos en siete, fiel reflejo de lo que ocurrió sobre la pista. La afición despidió, en todo caso, a su equipo con una prolongada salva de aplausos al reconocer su formidable trayectoria en competición europea.

«Me voy con pena por la amplia diferencia»

El técnico de Anaitasuna, Juanto Apezetxea, se sintió un tanto «apenado» por la importante distancia final en el electrónico. «Tenía ilusión por que la eliminatoria no quedase con una diferencia insalvable en la ida, pero estábamos fundidos físicamente casi desde el principio, en condiciones normales creo que podemos hacerle más daño al Magdeburgo».

Carlos Chocarro, por su parte, se deshizo en elogios hacia el conjunto alemán. «Nunca había jugado contra un equipo de este nivel, que corriese tan rápido hacia arriba y abajo, y que en dos pases se plantase en seis metros. No ha sido uno de nuestros mejores partidos, pero también ha sido virtud de ellos, su ritmo me ha parecido una salvajada», admitió. N.M.