El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, declaró ayer que la festividad de Sant Jordi muestra a Catalunya como «un país culto que hace del libro y de la rosa sus armas más poderosas», y consideró que si la Unesco reconoce esta festividad no será por «los herederos de quienes persiguieron la cultura catalana durante décadas», sino por los que han mantenido vivas la lengua y cultura catalanas a través de sus libros.

Sobre el proceso independentista, afirmó que su prioridad es que los catalanes voten sobre la independencia de Catalunya en un referéndum y no impulsar una declaración unilateral de independencia desde el Parlament. «No contemplo ningún escenario que no sea votar», agregó.

Reafirmó su plena determinación a convocar la consulta con o sin el permiso del Estado, aunque su voluntad es negociarla.

Por su parte, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, se mostró convencida de que ayer se celebró el «último Sant Jordi» antes de que la Generalitat convoque un referéndum.

Expresó su confianza en que el Govern de Puigdemont cumpla su palabra y convoque a los ciudadanía a las urnas. «No tengo ninguna duda (…). Confío en el Gobierno de mi país», subrayó.