SASKI BASKONIA 88

CSKA MOSCÚ 90

Se acabó lo que se daba. La Euroliga 2016/17 se acabó para Saski Baskonia, después de caer por un mentiroso 3-0 ante CSKA de Moscú. Mentiroso porque los gasteiztarras no han sido inferiores, pero tampoco han sabido ganar ante un rival con talento, tablas y una bula arbitral que no necesita. Y sin ir más lejos, aunque no fue una jugada muy protestada, el punteo de Kurbanov del triple ganador de Larkin, en el que el moscovita tocó al baskonista. Era falta y tres tiros libres, por no hablar de la candela que se repartió al rebote. Pero no hubo caso: 88-90, y adiós.

La temperatura de este partido poco tuvo que ver con los del Megasport Arena de Moscú. Los casi 12.000 espectadores reunidos en el Buesa Arena comprendían que su equipo lo necesitaba, y que el trío arbitral merecía más de una pitada, entre otras cosas porque de su mano se fue enredando el partido.

De su mano, y de la mano de un Cory Higgins que sacó lo mejor de su repertorio de juego –un par de matazos incluidos– y lo peor de un carácter bocazas, mandando recados a Blazic y callar a la afición. En el ínterin, James Augustine y Shengelia cruzaron varias palabras... anécdotas que sirven para mostrar que el equipo del Ejército Rojo juega muy bien a basket... también bajo tierra.

Un héroe por cuarto

Más que nada porque Saski Baskonia, con un Budinger espectacular al mando –ya que Larkin y Beaubois volvían a vivir martirizados por las faltas–, se escapaba 29-22. Y tras las broncas de rigor, los rusos lograban un parcial de 2-12: 31-34. Los gasteiztarras perdieron también varios balones de más en esos momentos, defecto que se repitió en demasiadas ocasiones.

De Colo y Higgins tiraban del CSKA, aunque por fortuna, la defensa sobre Teodosic era muy efectiva y el rebote ofensivo daba vida a los gasteiztarras. Budinger, Voigtmann y Hanga se valían, amén de la presión defensiva, para aguantar los envites rusos y llegar por delante, 44-43, al receso.

Higgins, De Colo y Teodosic empezaban a tener minutos juntos. Se acabaron las tonterías para Itoudis. De esa forma, amén de un arbitraje muy amable con los rusos, CSKA de Moscú empezaba a amagar con marcharse, y más cuando ni Larkin ni Beaubois terminaban de entrar en el partido.

Pero sí Shengelia, autor de 17 de los 26 tantos baskonistas del tercer período. El georgiano mantuvo a los de Sito Alonso antes de un último cuarto en el que el ataque gasteiztarra se gripó. Cinco puntos seguidos de Aaron Jackson pareció dar la puntilla al duelo, 74-84; justo entonces asomó Larkin a la eliminatoria, anotando y arriesgando todo lo que se había escondido hasta entonces.

Y milagrosamente, puso el 88-90 a 8 segundos, momento en el que De Colo y Teodosic regalaron un balón para ganar al Baskonia. Restaban seis segundos y el baloncesto ofrecía una oportunidad. Pero no bastó, porque el toquecito de Kurbanov a Larkin no tuvo castigo de falta, y la eliminación fue un hecho.

Fenerbahçe ya tiene sitio en «su» Final Four

Después de reventar el factor cancha en los dos primeros partidos del OAKA, Fenerbahçe lograba colarse en «su» Final four de Estambul, al que llega gracias a haber recuperado a sus mejores jugadores tras una crisis producto de las lesiones. Por 79-61, los de Zeljko Obradovic certificaron el pase a la primera opción.

Cierto que Bogdanovic no estuvo al nivel de los dos primeros días –el serbio fue MVP de ambas jornadas–, pero el nutrido grupo de talentosos compañeros estuvo al quite para que no se notara a efectos del resultado. Kalinic, Udoh, Datome y Dixon superaban la decena de puntos, mientras que en el seno del Panathinaikos la ansiedad fue haciendo presa, sobre todo con un alarmante desacierto desde la línea del triple.

Fenerbahçe, que enlaza su tercera Final Four consecutiva, ganó todos los cuartos, llegando 37-30 al descanso y rompiendo el partido en el último período. Un parcial de 27-19 que sirvió para que la afición turca celebrara la clasificación por todo lo alto.A. G.