Amaia U. LASAGABASTER

El esfuerzo sí obtuvo recompensa en Mendizorrotza

Resulta insuficiente para reengancharse a la pelea europea de la que el Eibar quedó prácticamente eliminado el lunes pero el empate de Mendizorrotza le supo de rechupete a la expedición azulgrana. Al contrario de lo que había sucedido tres días antes, esta vez el esfuerzo sí obtuvo recompensa.

No es poco, teniendo en cuenta cómo había empezado el partido. Malas decisiones por detrás, nula presencia por delante, la expulsión de Asier Riesgo –fuera del campo desde que se lesionara el pasado 15 de enero en Gijón, fue la más llamativa, y la única por decisión técnica, de las cinco novedades del once armero– parecía condenar al Eibar a su tercera derrota consecutiva.

No fue así. De hecho, la acción espabiló a los eibarreses que, de hecho, fueron mejorando con el transcurso de los minutos. Y eso que apenas habían transcurrido tres días del partido frente al Athletic, que les había supuesto un gran desgaste, hasta el punto de que sorprendió ver en la alineación a futbolistas como Dani García o Sergi Enrich, que el lunes habían acabado fundidos.

De algún sitio sacaron la fuerza, al menos para evitar que el Alavés evidenciara su superioridad numérica. Mejor posicionado y, sobre todo, mucho más concentrado, y pese a que se llevó algún susto considerable –un balón de Ibai a la madera o un remate de Deyverson que Lejeune sacó sobre la línea–, el Eibar supo proteger a un Yoel que tuvo que intervenir menos de lo que habría cabido esperar. Menos trabajo tuvo Pacheco pero probablemente habría sido demasiado pedir. Con un hombre menos arriba –Adrián fue el sacrificado por la expulsión de Riesgo– y demasiadas obligaciones defensivas, el Eibar lo intentó sin suerte durante algún tiempo pero acabó dando por bueno, mucho, un punto que le mantiene octavo.