Una jornada de toma de beneficios después de la fuerte subida que siguió a la victoria de Macron en las elecciones. Los resultados empresariales no han convencido a los inversores, que esperan más en el contexto actual de mayor crecimiento, con un horizonte despejado para las entidades financieras y unas políticas monetarias de los bancos centrales positivas para el aumento de la actividad económica. Tampoco pudo cambiar el rumbo la intervención de Mario Draghi, que mantuvo intacto ayer su discurso sobre la inflación, los tipos de interés y el programa de compra de deuda.

Todas las plazas europeas incrementaron por la tarde sus números rojos, mientras que Wall Street tampoco daba señales de fortaleza tras una salida al alza. El Ibex trató de salvar los 10.700 puntos a una hora del cierre, pero acabó claudicando y se aleja de los máximos de 2015. Hoy saldrá con 10.683,90, después de ceder un 0,74%. Los índices de París (-0,31%), Fráncfort (-0,23%) y Londres (-0,71%) tampoco acabaron en rojo.

Dentro del Ibex, volvía a ser larga la sombra negativa de la banca, pese a las buenas cuentas presentadas por BBVA (-2,06%) y Bankinter (-2,19%). El banco presidido por Francisco González ganó en el primer trimestre 1.199 millones de euros, un 69% más. Además, Popular se dejaba un 6,13%; Bankia, un 2,49%; Caixabank, un 2,11%; y Santander, un 0,88%. Tampoco salvaron las cuentas a Acerinox (-4,23%), que se llevaba por delante a ArcelorMittal (-3,30%). No todo fueron acogidas negativas, ya que Viscofan (+4,78%) y Aena (+1,76%) sí recibieron apoyo por sus balances trimestrales. En París, TechnipFMC (-5,83%) y ArcelorMittal (-3,61%) encabezaron los recortes, mientras que Nokia, el mejor, sumó un 4,62% al sorprender con sus resultados.