Beñat ZALDUA
DONOSTIA
Elkarrizketa
ARKAITZ RODRÍGUEZ
PORTAVOZ Y RESPONSABLE DE ACCIÓN POLÍTICA DE SORTU

«La única bilateralidad real es la que se da de Estado a Estado»

Funciona con diésel. Arranca dubitativo, pero cuando toma ritmo es un torrente. Cuesta resumir una extensa entrevista en la que aniversarios como los de Gernika o Xiberta dan pie a hablar del escenario creado tras el desarme del 8 de abril.

¿Qué acabó, qué empezó y qué siguió el 8 de abril en Baiona?

Venimos diciendo que hemos cambiado de zapatos para andar el mismo camino, lo que sigue es el proceso de liberación. Termina un ciclo y empieza otro, aunque ese cambio de ciclo empezó ya entre 2009 y 2010.

Dice Mayor Oreja que de derrota de ETA nada, que la izquierda abertzale está más fuerte que nunca. ¿Coincide?

Si lo dice Mayor Oreja, y sin que sirva de precedente... Lo cierto es que hoy, a diferencia de hace 40 años, el respaldo al derecho a decidir de Euskal Herria es socialmente mayoritario.

Pese a ello, el tránsito de lo viejo a lo nuevo se está haciendo algo largo. ¿Qué inquietudes encuentran en ese claroscuro?

Después de un inicio fulgurante de la nueva estrategia, los estados consiguieron imponer un bloqueo importante, no ya en la resolución de las consecuencias del conflicto, sino también en el proceso de liberación. Nos costó darnos cuenta de que el antídoto al bloqueo se encontraba en la base de la nueva apuesta estratégica, que era la unilateralidad, el dar todos los pasos que dependían de nosotros para favorecer una acumulación de fuerzas. Tenemos la sensación de que últimamente empieza a recuperarse el pulso.

¿Y ahora qué toca?

Fundamentalmente, poner en el centro del debate la cuestión de los presos, el reconocimiento de todas las víctimas y abordar la desmilitarización, porque en este pueblo continúa habiendo demasiadas armas. Esta es la agenda de resolución de las consecuencias del conflicto. Paralelamente hay que poner en el centro de la agenda la cuestión de la soberanía. Entendemos que el desarme unilateral de ETA debe ejercer de abrelatas, ya que es la prueba evidente de que es posible quebrar el bloqueo de los estados, que son poderosos, pero no invencibles. Son dos raíles de la misma vía, la resolución de las consecuencias del conflicto ha de incardinarse en el propio proceso soberanista. Será el reforzamiento de las posiciones soberanistas lo que permita solucionar las consecuencias de este conflicto.

¿Hay mimbres para iniciar un proceso soberanista?

Estamos convencidos de que sí, y de que son incluso mejores que hace unos años. Por ejemplo, a nivel internacional, el contexto está caracterizado por la incertidumbre, y pueden estar generándose lo que algunos denominan brechas geoestratégicas. Cada vez más indicios apuntan al desmoronamiento del proyecto ultraliberal europeo, que es el que ha generado semejante desafección en amplísimos sectores de la Unión Europea. Es lo que está motivando el auge de la extrema derecha, pero también lo que está dando lugar a fenómenos de signo contrario, como son los procesos de Catalunya o de Escocia. Son oportunidades también para Euskal Herria, donde la reivindicación del reconocimiento nacional y al derecho a decidir es mayoritaria.

Hace 40 años hubo otra posibilidad en Xiberta. ¿Qué vigencia tienen aquellas conversaciones y qué lecciones extrae de su fracaso?

La vigencia es evidente: como hace 40 años, salvando las distancias, Euskal Herria vuelve a encontrarse ante una ventana de oportunidad. En este caso por la situación de crisis estructural del régimen del 78, por los vientos soberanistas que soplan en Europa y por las mayorías que existen en este país. En aquel entonces cada cual emprendió su camino y lo que es constatable es que, 40 años después, este pueblo continúa sin haber alcanzado su libertad nacional. Las fuerzas abertzales y soberanistas deberíamos ser capaces de acordar un diagnóstico y una hoja de ruta para alcanzar la libertad nacional. Desgraciadamente estamos viendo cómo el PNV opta por estabilizar el Estado. Hay que poner en marcha el tren de la soberanía y el PNV tendrá que decidir si quiere subirse a él o no.

Desde el PNV se lamentaba que antes la izquierda abertzale estaba bajo la batuta de ETA. Ahora dicen que la tutela la ejerce ELA. ¿Les basta cambiar una letra para no cambiar nada?

El PNV parece haberse especializado en encontrar excusas para justificar su inmovilismo. En un momento en el que a este pueblo se le abren nuevas oportunidades, lo único cierto es que el PNV opta por gobernar con el PSOE y con el PP.

¿Cree que aprobarán las cuentas de Rajoy?

Pensamos que sí.

¿Puede no pasarle factura?

El tiempo lo dirá, pero lo cierto es que, en el 80 aniversario del bombardeo de Gernika, el PNV va a pactar los presupuestos con los herederos ideológicos de quienes lo realizaron. Con eso sostienen no solo al partido de la corrupción sin fondo, sino también al Gobierno y al Estado que estos días ha homenajeado a Utrera Molina y a Sanjurjo. Nos parece vergonzoso.

En Catalunya han contado con fortalezas como la transversalidad social y debilidades que han jugado a su favor, como unas competencias fiscales mínimas. ¿Han hecho inventario de fortalezas y debilidades en Euskal Herria?

No es sencillo. Entre las debilidades se pueden apuntar el propio conflicto armado, que es innegable que ha generado fracturas que a día de hoy aún están por resolver. Se puede comprobar en Ipar Euskal Herria, donde el conflicto armado ha dejado menor huella y, quizá por ello, se haya tardado menos en alcanzar una serie de acuerdos y alianzas. Eso sí, no tenemos la menor duda de que también en Hego Euskal Herria terminará siendo posible.

Además, al mismo tiempo, cabe apuntar como fortaleza el compromiso y sacrificio de este pueblo bregado en la lucha. La capacidad de sufrimiento, incluso. También son fortalezas un independentismo más sólido de partida, y una mayoría sindical soberanista y combativa.

Del mismo modo, se ha solido apuntar como debilidad que la sociedad vasca es más parroquiana, lo cual dificulta la conformación de movimientos civiles que no cuenten desde el inicio con el beneplácito de los partidos. No sé si realmente es así, pero se ha solido apuntar.

Ya que ha mencionado de refilón la territorialidad, ¿el proceso que plantean reclama una Euskal Herria de diferentes velocidades?

Entendemos que una de las grandes decisiones ha sido la apuesta por una estrategia de corte asimétrico y confederal, en contraposición a la apuesta mantenida históricamente por la izquierda abertzale, que planteaba la necesidad de resolver la cuestión de la territorialidad con carácter previo. No damos por buena la división territorial impuesta, pero es cierto que esa división ha acabado conformando tres espacios con diferentes relaciones de fuerzas. No se puede obviar esa realidad.

Es una estrategia pragmática pero ganadora que la izquierda abertzale no hace por gusto ni por capricho. La única opción de recuperar la estatalidad de Euskal Herria es abordar un proceso de corte unilateral, y eso requiere unas condiciones, entre ellas una mayoría social que termine por proyectarse en términos institucionales para poner las instituciones al servicio de este proceso, y el reconocimiento internacional. Ambas condiciones requieren que ese proceso se apoye en la institucionalidad existente, y subrayo esto porque es lo que justifica esta apuesta por una estrategia de corte asimétrico y confederal. Eso nos lleva a una estrategia en la que se van a tener que conjugar, por un lado, tres procesos constituyentes, cada uno con su ritmo, y por otro lado, y en paralelo, un proceso de densificación que vaya permitiendo estrechar lazos económicos, sociales, políticos y culturales entre los territorios.

Esto requiere hilar fino.

Esta apuesta se da porque estamos adentrándonos ya en la fase de llevar a cabo el proyecto político histórico de la izquierda abertzale y hay que pasar de la brocha gorda al pincel. En definitiva, porque lo que nos proponemos es ganar.

Urkullu dice que es la legislatura de la reforma estatutaria. ¿Le creen?

También lo era la anterior.

Si lo es, ¿la izquierda abertzale participará en la reforma?

Lo hemos dicho en varias ocasiones: no creemos que el Estado español sea democratizable. Lo dijo el propio Pérez Royo, uno de los principales constitucionalistas españoles: en el marco constitucional español no hay posibilidad de elevar siquiera el nivel competencial del Estatuto de Gernika. Pero estamos dispuestos a abordar un último intento; en la medida en que somos parte de EH Bildu vamos a estar en esa ponencia de autogobierno con nuestras propuestas, que tienen unos mínimos que en la actualidad tienen que ver con la estatalidad. Hay que empezar a hablar ya con claridad de que la Comunidad Autónoma Vasca se tiene que constituir en Estado, igual que Nafarroa, y luego decidir qué tipo de relación queremos con el Estado español, porque la única bilateralidad posible, la única manera de hablarle al Estado de igual a igual, es construir un Estado. Y eso lo dijo también Joseba Egibar no hace tanto, cuando defendió un Estado que mantuviera un modelo de relación confederal con el Estado español.

Si se abre esa ventana, hará falta una EH Bildu activa y fuerte. ¿Cuál debe ser el papel de Sortu y de los partidos en ella?

Es el de la cesión de soberanía y capacidad de decisión al conjunto de personas que quieran participar de ese proyecto. La clave principal de la nueva EH Bildu que se propone ahora es la de conformarse como sujeto político con identidad y militancia propias.

«Eskuin muturraren gorakadak ezkerra interpelatzen du»

Hauteskunde frantsesetarako astebete falta dela, bihar Maiatzaren 1a. Nola hitz egin ezkerraz eta klase borrokaz XXI. mende mugitu honetan?

Eskuin muturraren gorakadak ezkerra interpelatzen du lehenik eta behin, agerian uzten dituelako ezkerrak benetako alternatiba bat aurkezteko dituen zailtasunak. Eskuin mutur hori herri sektore txirotu eta prekarioetan hazten delako, sozialdemokraziaren eta ohiko ezkerraren ezintasunaren aurrean. Guretzat, alternatiba hori subiranotasunen berreskuratzearen eskutik dator, subiranotasun politikoa jendearen eskuetara itzultzea, alegia. Izan ere, Estatu bat behar dugu eredu sozial eta ekonomiko berri bat bultzatu nahi badugu.

Nola azaltzen duzu, Euskal Herritik at, krisi eta ziurgabetasun testuinguruetan eskuin muturrak gora egitea?

Sistema neoliberal kapitalistak ziurtasunak kentzen dizkie sektore langile eta herrikoiei. Ezkerrak ere eskaini behar ditu ziurtasunak. Dagoena kritikatzera mugatzen bada, ez badu etengabeko salaketa hori eskaintza sendo batekin egiten, akabo. Ordena alternatibo bat eskaini behar da, alternatiboa, baina ordena, azken finean. Eta tamalez, diskurtso hori egiten ari dena eskuin muturra da.B.Z.