Joseba VIVANCO
Athletic

Juegan con fuego

Mal partido de los rojiblancos a los que salvan de su frustante empate los marcadores de sus rivales.

ATHLETIC 1

LEGANÉS 1

 

Nadar para morir en la orilla o hacerlo con más angustia que una patera para alcanzar la arena a orillas del río Manzanares. Así llega este Athletic a la última jornada liguera en la que se va a jugar estar en Europa –a expensas de la final copera– en el mismísimo Calderón. Nada que no estuviera previsto en el guión, pero lo hará con las malas sansaciones que el equipo transmitió ayer en un encuentro soporífero, al que la incertidumbre del marcador con el equipo volcado fue lo único que le sacó de la monotonía. Porque lo cierto es que es dífícil entender la manera en la que los leones encararon el encuentro, decisivo, y al que por fortuna acompañó los resultados de Real y Villarreal.

Fue un tanto del argentino Szymanowski en el minuto 61, definiendo perfectamente un genial pase del brasileño Gabriel Pires, el que posibilitó la hazaña de los de Asier Garitano y de paso sembrar el pánico en las filas rojibancas. Y eso que parecía que el Athletic había encarrilado el partido con un tanto de Aduriz antes de que cumpliese el primer cuarto de hora de partido. El ariete internacional desvió a la red un centro-chut de Mikel Balenziaga. Y aún pudo marcar un segundo tanto el ariete, pero Champagne se lo impidió con una gran parada en el minuto 35. No sentenció el choque el Athletic, el Leganés aprovechó su gran ocasión y los bilbainos irán al Calderón con necesidad de ganar para volver a Europa por cuarto año seguido.

El partido comenzó con muy bajo ritmo, anodino. En la primera ocasión clara, en el minuto 14, Aduriz mandó entre los tres palos logrando su vigésimo cuarto gol de la temporada, el decimosexto en Liga. Fue una jugada de Muniain al borde del área que salió rechazada a la posición de Balenziaga, quien, completamente ya solo dentro del área, chutó cruzado. Y Aduriz, que pasaba por allí, desvió a la red. Todo en orden.

Siguieron percutiendo los de Valverde, sobre todo por medio de Williams, que se llevó un par de sustos y dos buenos goles en sendas disputas con los contrarios. También lo intentaron los de Garitano, aún sin crear peligro serio. El que sí ofreció el Athletic en el otro lado del campo, ya llegando el descanso. Especialmente en un disparo de Aduriz desde la frontal que Champagne mandó a córner en una gran intervención. También pareció buscar la base del palo un lanzamiento afortunado de Muniain en situación similar, cuando lo que intentaba hacer era controlar. Un cabezazo con pocas posibilidades de Raúl dio fin a una primera mitad sin más interés que el resultado, que ya era bastante para ambos.

Nada más volver de vestuarios, el Leganés estuvo a punto de empatar con un cabezazo de Bustinza en el primer palo, pero Kepa salvó el empate. Era de suponer que el Leganés daría un paso adelante, lo que no era lógico que el Athletic saliera con la misma poca intensidad y parsimonia que en el primer acto en el que jugó al tran tran ante un Leganés que apenas proponía nada. Siguió intentándolo el conjunto madrileño en la reanudación, sabedor de que el Sporting ganaba 0-1, y encontraría premio pronto, recién superado el cuarto de hora de la continuación, con una peinadade Szymanowski ante Kepa, tras recibir una gran pase por encima de la defensa de Gabriel. El balón previo a la jugada lo había perdido un ayer desafortunado Williams.

Se igualó el partido y Garitano movió piezas para defender el tesoro obtenido, el que significaba la salvación, ya con tres centrales. Con Timor junto a Insua y Mantivani y con Moran por Gabriel. Respondió San Mamés, que llevó a su equipo a un asedio final un tanto obtuso en busca de un remate salvador de Aduriz, ya sin Williams y Raúl en el terreno de juego. Encontró dos veces a su ariete el Athletic, una Beñat en un córner y otra De Marcos. Aunque en las dos ocasiones a Aduriz se le fueron unos centímetros los remates. El primero con la cabeza y el segundo con el pie derecho. En el minuto 90 los rojiblancos pidieron penalti por una mano de Insua dentro del área y ya en el descuento el asedio no encontró ni ocasiones. Fue otro querer y no poder, como ante el Alavés,, solo que esta vez dejó una mayor frustración, en jugadores, en la grada. Era el día, el día de ganar, y el Athletic falló. Sigue vivivito porque los marcadores acompañaron, pero no se explica un partido así.

El equipo de Ernesto Valverde irá a jugársela al Calderón, con todo lo que ello implica de dificultad. Dependen de ellos, sí, pero la empresa es harto difícil. No queda otra que confiar en este equipo, en el trabajo de esta temporada, por mucho que un petardazo como el de ayer sea imperdonable. Será una semana de pasión y una prueba de fuego la del domingo. «Nos vemos en Europa», se despidió el speaker de San Mamés.

 

Gorka Iraizoz dijo «agur»

«No es verdad que yo hubiera pedido jugar un partido oficial aquella temporada y la Directiva no me lo permitió. Hacía tiempo que había decidido cómo iba a ser mi despedida de San Mamés y de la afición del Athletic: vestido de calle». Las palabras son de José Ángel Iribar al rememorar en ‘‘La alargada sombra del Txopo’’ cómo fue su adiós, lastrado por las molestias en su espalda. Humildad, sencillez. Cualidades que adornan también la personalidad de Gorka Iraizoz, que tampoco se despidió de San Mamés y la afición como segureamente también Iribar hubiera querido hacerlo, pero que uno y otro supieron anteponer el colectivo a interés individual, anteponer el Athletic a su persona por muy alargada que haya sido su sombra sobre el arco del estadio bilbaino. Y ayer lo hizo igual, de manera sencilla, despidiéndose de su estadio y de su gente. Lo hizo no desde el área, sino desde el centro del campo, con sus inseparables guantes en la mano, recibiendo el aplauso de San Mamés. Fue su agur, sí, agur, porque se dirigió a la gente solo en euskera, para agradecer a todos los que han estado ahí y despedirse con el «¡Aúpa Athletic!». Todo fue rápido, sencillo, el manteo de sus compañeros, la vuelta al terreno de juego con su hija mayor en brazos, el particular homenaje de la grada popular con la que entonó el ‘Txoria txori’, y el adiós definitivo. Un beso a su compañera, un abrazo con Ernesto Valverde, y encaró el túnel de vestuarios de San Mamés ¿por última vez? No, con los focos ya apagados, regresó a pisar por última vez el verde, a recorrerlo junto al jefe de prensa del club, de lado a lado, una última visita.

Por su parte, Ernesto Valverde, tras lamentar el mal resultado, valoró que para la próxima jornada «sobre el papel nuestro partido es el más difícil – en el Calderón–, pero el Villarreal tiene un derbi y la Real viaja a Vigo. Puestos a pensar, lo mejor es depender de uno mismo el último día».

El técnico tampoco ofreció ayer ninguna pista sobre su futuro. «Los que se despiden son los jugadores, nosotros seguimos compitiendo», apuntó Valverde antes de afirmar no haber echado en falta gritos de apoyo hacia su persona por parte de los aficionados. «Tengo el reconocimiento de la gente y estoy contento de cómo son las cosas. El público ha estado con el equipo y me da pena no haber podido corresponder con una victoria como los dos años anteriores con Iraola y Gurpegi», añadió.

Concluyó diciendo que espera igualar el récord de victorias de Clemente (141), la última jornada. «Que nadie dude que quiero batir todos los récords que pueda, así que la semana que viene, a por él».J.V.

 

La fiesta del Lega en el vestuario fue «tremenda»

Fl meta argentino Nereo Champagne desveló que «la fiesta en el vestuario» de San Mamés tras conseguir la permanencia fue tremenda, pero es un vestuario muy bueno y se merecía esto». Añadió el portero que «ascender es difícil, pero mantenerse es aún más».

 

Garitano dice que estuvieron cómodos con 1-1

«La primera parte fue un poco pobre por nuestra parte en las disputas, necesitábamos mejorar en eso y tener más continuidad en ataque. En la segunda, después del 1-1 estuvimos más cómodos», fue la valoración de Asier Garitano, que se refirió también a la tensión del final, «reflejo de lo que hemos sido».