«Cualquier portero que ha pasado por San Mamés siempre ha sido mirado con lupa y Gorka no iba a ser diferente. Las comparaciones son odiosas y la sombra del ‘Chopo’ sigue dando sombra a sus predecesores. Le pasó incluso a un tal Zubizarreta y luego solo hay que ver a dónde llegó en su larga trayectoria. Lo que sí me da la impresión es que a Iraizoz se le ha perdonado algo menos». Es la reflexión de Mario García, conocido preparador de guardametas en diferentes canteras y equipos vizcainos, así como autor de porterosvascosdeleyenda.blogspot.com. «Gorka ha alternado muy buenas campañas con otras menos buenas, pero creo que sacando buena nota en todas. También ha tenido fallos, pero con eso debe saber convivir el portero, todo el mundo falla. Lo que nadie puede negar es su trayectoria deportiva y lo caballero que es dentro y fuera del campo. Ni siquiera cuando le han venido mal dadas ha levantado la voz. Como digo, un señor», añade García.

La despedida el domingo del portero del Athletic las diez últimas temporadas está todavía viva en la retina. Mucho se ha hablado sobre ella y Mario es uno de los que califica de «bochornosa» la actitud de buena parte de la grada de San Mamés al dejar solo al guardameta en su vuelta al césped. «No se puede marchar del campo sin el reconocimiento unánime de todos», defiende, a pesar de excusas como la hora tardía o el decepcionante empate del equipo.

Un conjunto rojiblanco cuya meta ha defendido el navarro, un arquero del que destaca su «colocación y sobriedad», por encima de las críticas que «me imagino la procesión fue por dentro y estoy convencido de que lo pasaría muy mal. Es muy difícil soportar esa presión asfixiante, pero lo hizo sobresalientemente partido tras partido». E incluso «ha sabido adaptarse perfectamente con el juego de pie, que no era su mayor virtud, y lo ha ejecutado notablemente». Incluso cita aquel gol de cabeza al Málaga, anulado de manera injusta. Un guardameta que, recalca, «está sobradamente contrastado» y del que no duda «le quedan todavía algunos añitos para seguir jugando al máximo nivel», porque, es sabido, «la veteranía es un grado». E Iraizoz saca provecho de ella.

Precisamente la marcha del de Antsoain deja el pesado arco de San Mamés en los guantes de un joven Kepa, a la espera de qué suceda con Iago y Remiro como compañeros. De no seguir el cedido al Leganés, surge la duda de si la portería bilbaina queda en manos de dos candados sin demasiada experiencia, sin un roble o chopo al lado que la guíe. Mario García no lo cree así. «A pesar de su edad, el veterano ya lo tenemos en casa con Arrizabalaga, no olvidemos que ha estado cedido varias temporadas hasta que Valverde ha apostado por él, con una madurez propia de jugadores de más edad. Remiro también viene pisando fuerte, pero no solo él, hay otros porteros rojiblancos que acechan y nadie se puede relajar, incluido Kepa», opina.

No cree que el de Ondarroa haya caído simplemente en gracia entre la afición, sino que sus cualidades son fianza de futuro. «Se ve en él un portero de garantías y si las lesiones se lo permiten es posible que ocupe ese puesto durante muchísimas temporadas. No solo han visto esto los técnicos de Lezama sino que ha pasado por todas las categorías de la selección española, incluso la absoluta. Dará mucho que hablar, seguro», insiste en su optimismo con un portero «muy sobrio, seguro y con un juego de pie espectacular».

Mario García sabe de formar arqueros jóvenes y no cree que el prototipo de portero que es Iraizoz sea el pasado y el de Kepa el futuro. «Gorka es Gorka y su entrenamiento ha sido y es exactamente el mismo o parecido que el de los porteros mas jóvenes que han pasado por Lezama. Cada portero es como es y en su entrenamiento se trata de minimizar sus fallos y ensalzar y potenciar sus virtudes. No conozco al portero perfecto», dice, pero «el futuro de la portería en el Athletic está garantizado».

Raúl repetiría el final de Liga cada año

No podía ser otro el que compareciera en sala de prensa en Lezama que el excolchonero Raúl García. Y lo hizo para defender lo que ya Ernesto Valverde dijo irónicamente el domingo tras el decepcionante empate ante el Leganés, aquello de que no está mal llegar a la última jornada jugándose el pase a Europa. En ello incidió el navarro: «El equipo tiene claro que ojalá todos los años nos podamos jugar en la última jornada, y dependiendo de nosotros mismos, el objetivo. Creo que es una situación que hubiésemos firmado a principios de temporada». No obstante, asumió que «los primeros fastidiados después del partido del otro día somos nosotros y, además, sabiendo que era también la despedida de un compañero». El domingo visita la que fuera su casa, el Calderón, «un estadio difícil, pero confío plenamente en este equipo, hemos demostrado que somos capaces de sacar los partidos adelante y con esa mentalidad vamos».J.V.