El presidente francés, Emmanuel Macron, inició ayer una ronda de contactos con los sindicatos y la patronal para explicarles la reforma laboral que tiene previsto adoptar por decreto en los próximos meses. Tal y como anunció durante la campaña electoral, Macron apuesta por limitar las indemnizaciones por despido y privilegiar las negociaciones en el seno de las empresas frente a los convenios sectoriales en lo referente a salarios, jornada laboral o las condiciones laborales. Con todo ello, espera que los empresarios pierdan el miedo a contratar, su receta para combatir el paro, que en el Estado francés se ha ido elevando en los últimos años hasta alcanzar al 10% de la población activa.

Macron, que fue ministro de Economía hasta el pasado agosto bajo el mandato de François Hollande, también es partidario de rebajar a las empresas las cotizaciones sociales y algunos impuestos, medidas que preocupan en la Comisión Europea porque pueden suponer un recorte de ingresos para las arcas públicas que impida a París reducir su excesivo déficit.

Tramitación por decreto

Si se cumple el calendario preparado por el equipo del nuevo inquilino del Elíseo, esas iniciativas, y otras como la de crear un sistema de jubilaciones único, serán adoptadas durante el verano por decreto. No obstante, tendrán que contar con la aprobación de la Asamblea francesa, que se renovará con las elecciones legislativas del próximo mes, por lo que necesita que su formación, La République En Marche, obtenga una mayoría parlamentaria suficiente, ya sea en solitario o con sus socios.

Para Macron es importante adoptar rápido esas medidas que considera claves en su mandato, apuntadas ya por Hollande, a quien le costaron un incremento de su impopularidad y multitudinarias manifestaciones en el tramo final de su mandato. Por ello, apuesta por este diálogo directo entre el presidente y los sindicatos, que ya han advertido de que no aceptarán que se aprueben por decreto medidas que consideren injustas para los trabajadores.