Amaia U. LASAGABASTER
CICLISMO - GIRO 2017

Emoción asegurada hasta el último kilómetro

Tras el triunfo de Pinot, seis corredores siguen en minuto y medio, con 29 kilómetros de crono por delante.

That’s not all, falks. La última etapa en línea del Giro, con la ascensión al Monte Grappa y Foza incluída, tampoco bastó para deshacer el entuerto de la carrera, que se decidirá en la contrarreloj final. Hubo mucho movimiento pero, finiquitados los 190 kilómetros entre Pordenone y Asiago, todo –salvo la baja de Steven Kruijswijk, décimo clasificado, que no tomó la salida por problemas estomacales– quedó como estaba: con los seis primeros de la general apiñados en minuto y medio.

Así que no solo el nombre del vencedor, también la configuración del podio se dirimirá en la contrarreloj entre Monza y Milán que despedirá este Giro del Centenario. Que, pese a su semana de pasión, sigue teniendo a Tom Dumoulin como máximo favorito. El holandés se dejó ayer otros 15 segundos, incluso cedió su plaza en el podio en favor del vencedor de la etapa Thibaut Pinot, ahora tercero, pero visto lo que sufrió parece un mal menor. Igual que los 53 segundos que le separan de Nairo Quintana, todavía de rosa, los 14 de Nibali y los 10 de Pinot parecen neutralizables en 29 kilómetros de una especialidad que domina infinitamente mejor que cualquiera de sus rivales. En la contrarreloj de la décima etapa, que se adjudicó con una superioridad insultante, obtuvo rentas de 2:53, 2:07 y 2:42, respectivamente. ¿Asegura eso que hoy vaya a repetir? No. Porque es una etapa diferente, en longitud y trazado pero, sobre todo, porque estos últimos días se ha visto a un Dumoulin con muchísima menos gasolina. Claro que tampoco parece que Nairo Quintana y compañía vayan sobrados de combustible.

Es más, si se redujera a una simple cuestión de fuerza o estado de forma, Zakarin y Pozzovivo serían los principales favoritos. Ambos han sido los más fuertes esta semana y volvieron a serlo ayer, con permiso de Pinot. Sobre todo el corredor de Katusha, el más ofensivo de la jornada junto a su equipo, que intentó reventar la carrera en el Monte Grappa. No lo consiguió pero ya saltaron unas cuantas costuras.

Ya en la ascensión final, y tras un primer intento de Nibali, saltó con Pozzovivo. Ambos cazaron a Teuns, último superviviente de la fuga del día, y se marcharon por delante. El trío Nibali-Pinot-Quintana también se marchó, para formar un quinteto en el descenso. Pero sus ganancias fueron mínimas sobre un Dumoulin que, con la colaboración de Jungels, llegó vivo, a 15 segundos y con el rosa todavía al alcance.

«Las diferencias no serán tan grandes»

Tom Dumoulin, que según la prensa holandesa podría prolongar su contrato con Sunweb hasta 2021, no quiere lanzar las campanas al vuelo, aunque reconoce su alivio por que hayan acabado «las etapas de montaña».

Aseguró que se había sentido con «mejores piernas» que la víspera, aunque admitió que la «ayuda» de Jungels y Mollema le vino de perlas para minimizar pérdidas y tampoco quiere vender la piel del oso antes de tiempo. «Las diferencias no serán tan grandes como en la anterior», auguró, respecto a la contrarreloj final.

«¡Mejor esto que nada!», se consoló, por su parte, Nairo Quintana. «Hemos intentado todo y esto es lo que hemos podido obtener. En una situación así es complicado convencer a todo el mundo de que tire, aunque todos estén interesados. Lo importante ahora es que tenemos la magglia rosa, que era nuestro objetivo, aunque fuese con un poco más de tiempo», admitió.GARA