GARA
WASHINGTON

La deuda griega permanece en una mesa de juego sin salida a la vista

El póquer mentiroso continúa jugándose en torno a la deuda griega: apenas unos días después del fracaso de las negociaciones en la reunión del Eurogrupo del pasado lunes, el FMI asegura que confía en llegar pronto a un compromiso con la parte europea. Además, filtraciones periodísticas ponían en mayores dificultades al Gobierno de Atenas.

«Las diferencias de opinión se están reduciendo y todo el mundo es optimista ante la posibilidad de que se cierre un acuerdo en la próxima reunión del Eurogrupo», el 15 de junio. Eso es lo que mantuvo el jueves ante la prensa el portavoz del Fondo Monetario Internacional, Gerry Rice. Pero lo cierto es que el lunes, el FMI y los 19 ministros de Finanzas de la eurozona se levantaron de la mesa sin alcanzar un compromiso que permita desbloquear un nuevo préstamo a Grecia, que necesita dinero contante y sonante para reembolsar 7.500 millones de euros en el mes de julio.

Una vez más, los debates se han estancado en la cuestión de la deuda, que envenena las relaciones entre el FMI y el Eurogrupo, y suscita la impaciencia de las autoridades griegas, que entienden que ya han hecho su parte del camino al adoptar nuevas medidas de austeridad a mediados de mayo.

Como destaca la agencia France-Presse, la ecuación sigue siendo compleja, cuando no irresoluble: la concesión de un nuevo préstamo en el marco del plan de ayuda aprobado en el verano de 2015 continúa dependiendo de la participación financiera del FMI, que se niega a meter la mano en la cartera en ausencia de un compromiso firme y detallado de los europeos para aliviar la deuda griega.

«Grecia ha adoptado un conjunto de reformas sólidas (...) pero todavía necesitamos tener más detalles sobre el tema del alivio de la deuda», confirmó Rice. En un contexto político interno marcado por las elecciones legislativas de otoño, Berlín mantiene su línea dura y es reacio a hacer un gesto de este tipo hacia Atenas, que se encuentra bajo supervisión financiera internacional desde el año 2010.

Trato de favor

Según indicó Rice, la cuestión de la deuda también alimenta los desacuerdos sobre los objetivos presupuestarios asignados a Grecia por la eurozona y que el FMI juzga excesivamente restrictivos. La parte europea quiere, especialmente, que Grecia mantenga a largo plazo un excedente primario (sin tener en cuenta la carga de la deuda) del 3,5% del PIB para evitar un nuevo descalabro de las cuentas públicas. «Pensamos que esto impondría un nivel de austeridad demasiado elevado para la población griega y, por ello, creemos que ese excedente debe ser revisado a la baja» para permitir a Grecia reengancharse al crecimiento económico, declaró el portavoz del FMI.

Rice aseguró que se han registrado «progresos ciertos» pero las transcripciones de la última reunión del Eurogrupo, que fueron filtradas a la prensa griega, reflejan la amplitud real del foso que todavía separa a la eurozona del FMI. Según esas fuentes, se puso sobre la mesa esta propuesta: que el Fondo se sume formalmente al programa europeo pero sin desembolsar nada de dinero en tanto que el tema de la deuda no se resuelva.

La propuesta fue calificada de «interesante» por el representante del FMI pero rechazada por Grecia, que ve en ella una falsa solución que no tranquilizaría a los mercados ni justificaría los esfuerzos asumidos por este país. «Si doy mi aprobación a esto, en Grecia se producirá una gran crisis política», predijo Euclides Tsakalotos, el ministro heleno de Finanzas, según la comentada transcripción.

Una solución tan poco convencional también podría poner en tela de juicio la credibilidad del FMI, que prometió no ofrecer un trato particular a Grecia después de que, en 2010, derogara sus propias reglas internas para “rescatar” al país heleno.