GARA
IRUÑEA

Mertxe Sueskun reinterpreta objetos cotidianos

Allí donde nuestros ojos ven un peine, una brocha, unos carretes de hilo, una caja, los ojos de Mertxe Sueskun ven materiales, posible germen de futuras creaciones.

Tenaz, paciente y reflexiva, deja reposar la materia a la espera del proceso creativo que la desvele y permita que se manifieste como la escultura que es y que quiere descubrir. Esculturas de carácter personal, intimistas y muy especiales. Así describe la obra de la iruindarra Mertxe Sueskun la historiadora de arte Carmen Areopagita Gracia. Un reflejo de ello es la muestra que se puede ver hasta el 2 de julio en el Polvorín de la Ciudadela bajo el título “De continentes, contenidos y otros cuentos”.

La actividad artística de Mertxe Sueskun está ligada a la interpretación del objeto. Tal y como explica Areopagita, algunas veces lo hace de una forma sencilla, dejando que el objeto (una brocha, un peine, un cepillo...), desprovisto de su función y de su contexto habitual, protagonice un entorno distinto al acostumbrado, colocándolo en el marco o la peana, pasando así a convertirse en un objeto artístico.

Partiendo de este principio dadaísta, Sueskun trata de enseñar a ver los objetos desde un ángulo diferente. En su trabajo, continúa Areopagita, avanza un paso más, dando a la obra un significado que va más allá de lo meramente estético, ya que aporta al objeto un significado antropológico y simbólico, mediante el cual consigue superar la limitación de la materia y del propio objeto.

Junto a estas obras, comparten espacio en el Polvorín de la Ciudadela otras propuestas más elaboradas. Se trata de composiciones seriadas que parten de materiales reciclados y que la artista desarrolla a través de la geometría y el color, dando paso a distintas posibilidades imaginativas y asociativas.

También el material elegido puede ocupar toda la estructura contenedora, logrando texturas sugerentes. Sueskun explora las cualidades materiales y desvela las estéticas en objetos que a priori no las tienen. Son nuevamente objetos cotidianos, desprovistos de su uso habitual, que se transforman en elementos artísticos gracias a la exploración de sus cualidades materiales.