Iñaki VIGOR

PRUDENCIA Y RESPETO MUTUO, CLAVES PARA QUE EL CICLISTA NO ACABE EN EL SUELO

Cada vez hay más ciclistas atropellados por coches y más peatones atropellados por ciclistas. La convivencia no es fácil, y las soluciones tampoco. Desde su experiencia, el presidente de Unión Ciclista Navarra aporta su consejo: prudencia y respeto mutuo.

La llegada del buen tiempo anima a muchos aficionados a coger la bici y disfrutar de su deporte favorito, pero también multiplica el número de atropellos. No hay más que ver algunos titulares de prensa de los últimos días: «Un conductor causa a propósito la caída de dos cicloturistas navarros». «Herido un ciclista tras ser atropellado por una conductora ebria en Lizoain». «Dos ciclistas muertos y tres graves al ser atropellados por una conductora ebria y drogada en Valencia». «Un camión atropella a un ciclista y se da a la fuga en Ciudad Real». «La conductora que atropelló a seis ciclistas en Tarragona cuadruplicaba la tasa de alcohol». «El piloto Nicky Hayden muere tras ser arrollado cuando iba en bici».

El número de ciclistas muertos ha disminuido en los últimos años (67 en 2010 en el Estado español, 33 en 2016 y 18 en lo que llevamos de año), pero ha crecido el número de atropellos que, si bien no resultan mortales, causan heridas muy graves y lesiones irreversibles. Para muestra, un botón: en el año 2015 fueron hospitalizados 322 ciclistas en el Estado español. Casi uno por día.

El ritmo de la vida moderna, las prisas, ir siempre acelerados, la impaciencia, querer llegar cuanto antes... puede explicar este elevado número de siniestros. Pero, ¿hay más causas? Se lo preguntamos a Juan Carlos Garde, presidente de Unión Ciclista Navarra-Nafarroako Txirrindulari Elkartea y víctima de tres atropellos en las cuatro décadas que lleva pedaleando. «Hay factores que han cambiado en los últimos años. El tráfico se ha multiplicado, los coches son mucho más veloces, hay muchas más rotondas y variantes, cada vez hay más ciclistas en la carretera y en la ciudad, los cicloturistas pasan más horas pedaleando... Cuando empezó el cicloturismo, se llamaban excursiones. La gente salía en plan tranquilo, a hacer un poco de ejercicio, a disfrutar de la mañana, pero ahora se va a mucho más ritmo, se corre más, y además por carreteras con elevada densidad de tráfico. A muchos conductores parece que les molesta ver un ciclista o un grupo de ciclistas, y lo que tienen que pensar es que también tenemos derecho a estar en la carretera».

La convivencia entre conductores de vehículos a motor y cicloturistas es cada vez más difícil, y eso que muchos aficionados a la bici también son conductores, y viceversa. Los adelantamientos indebidos fueron la principal causa de los 5.800 atropellos a ciclistas en todo el Estado durante 2016. El Reglamento General de Circulación establece que la distancia lateral mínima para adelantar a un ciclista debe ser de 1,5 metros, pero muchos conductores no respetan esta norma. Otros muchos desconocen que los ciclistas pueden circular en paralelo, uno por el arcén y otro fuera del mismo, y se ponen a dar bocinazos o les adelantan casi rozando.

«También hay conductores que desconocen que pueden pisar la línea continua para adelantar a los ciclistas, siempre que sea seguro. Lo más importante es reducir la velocidad, respetar la distancia de metro y medio y adelantar cuando no hay peligro. Siempre hay que tener en cuenta que, en caso de atropello, el ciclista se lleva la peor parte, pero el conductor que lo ha provocado también va a pasar un viacrucis y se arrepentirá de no haber sido más prudente. Al final, es una tragedia para la familia del atropellado y del que ha causado el accidente», resume Juan Carlos Garde.

Cada vez hay más asociaciones cicloturistas que reclaman campañas de concienciación por parte de las instituciones, comenzando en los centros escolares. Algunas están pidiendo, incluso, que las muertes de ciclistas causadas por conductores en estado ebrio o bajo la influencia de drogas no sean consideradas accidentes sino que se contemplen dentro del Código Penal.

Mientras llegan soluciones, muchos clubes ya han incluido en sus páginas web un código ético dirigido tanto a conductores como a sus asociados. «Hay que concienciar a los socios en cada salida para que circulen con respeto, que no vayan agarrados, que indiquen con la mano al conductor que ya puede pasar. Y si te adelanta un coche rozándote –pone Garde como ejemplo–, no tienes que empezar a insultar y gritar al conductor, porque eso no arregla nada».

En carretera los ciclistas sufren la «amenaza» de los coches, pero en la ciudad es cada vez mayor el número de peatones que ve la amenaza precisamente en los ciclistas que invaden aceras y plazas, circulan a gran velocidad en vías y paseos compartidos, van hablando por el móvil, escuchando música o no respetan los pasos de peatones. En estos casos el consejo del presidente de Unión Ciclista Navarra para evitar atropellos es el mismo: prudencia y respeto mutuo.

«Además –añade– se debería exigir un seguro a todos los que circulan en bici para hacer frente a la responsabilidad civil».