Amaia U. LASAGABASTER
CICLISMO - GIRO 2017

Dumoulin ya es historia

El Giro se va a Holanda por primera vez. Nairo Quintana y y Vincenzo Nibali le secundaron en el podio.

Tom Dumoulin ya tiene su primera grande. El Giro, el del centenario nada menos, que además viaja a Holanda por primera vez. Por sólo medio minuto y después de 3.700 kilómetros sin tregua, los de una edición que, de nuevo, se recordará por haber mantenido la emoción hasta el último suspiro.

Hasta los treinta kilómetros contrarreloj entre Monza y Milan, que convertían a Dumoulin, pese a la desventaja que había ido acumulando en las jornadas previas, en el principal candidatu al triunfo. Aunque las incógnitas se resolvieron pronto, en un día en el que la única sorpresa corrió a cargo de otro holandés, Jos Van Emden, buen contrarrelojista –campeón de su pais en 2010, en los últimos años se ha apuntado otros tres metales en los nacionales– pero cuya victoria nadie esperaba, con un especialista jugándose el rosa. Pero ninguno de los cien corredores que llegaron a meta tras el ciclista de Lotto Jumbo mejoró su tiempo.

Dumoulin acababa así con una muesca menos de lo esperado pero con su objetivo ampliamente cumplido. Entre otras cosas porque sus rivales también estuvieron igual, o peor –con la excepción de Nibali, 13º en la etapa– de lo que cabía suponer. Superó a los tres hombres que le precedían en la general, relegando a Quintana a la segunda plaza y sacando a Pinot del tercer peldaño. En los puestos de honor, esos que llegaban tan apretados a Monza, el único cambio reseñable lo propició Bob Jungels, que no sólo superó a Adam Yates en la general para acabar octavo sino que, sobre todo, arrebató el maillot blanco al británico.

Todos ellos protagonizaron un Giro histórico, que ha acabado con el podio apiñado en cuarenta segundos y ocho hombres a menos de diez minutos del vencedor. Un Tom Dumoulin que, 37 años después de que Joop Zoetemelk ganara la última grande para su país con el Tour de 1980, hace buenos los pronósticos que le acompañan desde que debutó. A sus 26 años se presentaba en Cerdeña con victorias de etapa en las tres grandes, exhibiciones en todos los terrenos y el recuerdo de una Vuelta que se le escapó por poco. Algo parecido a lo que ha sido su Giro, aunque en este caso el final haya sido feliz: también en la carrera italiana se ha llevado una contrarreloj y una etapa de montaña –inolvidable su actuación en Oropa–, aunque un incidente inesperado, el famoso apretón en la etapa reina, algún despiste, la falta de un equipo sólido y la paulatina pérdida de fuerzas le han tenido al borde del abismo.

Pero no han bastado para derrotar a un hombre que, para dar más lustre a su triunfo, se impone a los dos corredores que habían conquistado tres de las cuatro ediciones anteriores.

Tres etapas y la maglia azzurra

Sólo siete corredores vascos partieron de Cerdeña el cinco de mayo. Apenas un 3’5% del pelotón del Giro, pero con un protagonismo que ha multiplicado ampliamente ese porcentaje.

El mayor éxito le corresponde al ciclista que empezó con peor pie. Un Mikel Landa que se iba al suelo en la novena etapa. Se dejó casi media hora en el Blockhaus pero se ha resarcido con una victoria de etapa, dos larguerazos y el maillot azul de la montaña. Aunque siempre quedará la duda de saber cuál habría sido su rendimiento sin esa caída.

El primero en levantar los brazos fue Gorka Izagirre, en Peschici, y le siguió Omar Fraile en Bagno di Romagna. Julen Amezketa, Igor Antón, Pello Bilbao y Víctor de la Parte también han cumplido sobradamente su función, a la caza de las fugas los primeros y con su ayuda a Quintana el alavés.GARA