Maite UBIRIA BEAUMONT
BAIONA
CAMPAÑA A LAS ELECCIONES LEGISLATIVAS FRANCESAS

Macron evita decisiones que le alejen de la soñada mayoría

A la espera de que dé a conocer su propuesta para moralizar la vida pública, Emmanuel Macron no ha tomado decisiones relevantes, al margen de la formación de Gobierno. Con una excepción: la prórroga del estado de urgencia. De otras medidas, que anunciaba urgentes, como la reforma laboral, poco o nada se sabrá hasta pasadas las legislativas.

Con el nombramiento de un Gobierno al que ha incorporado a personalidades de distintas sensibilidades políticas y algunas figuras populares de la llamada sociedad civil, Emmanuel Macron se apuntaba un primer tanto. A partir de entonces, ha enviado en misión a los distintos miembros de su gabinete, a fin de que dejen muestras de intenciones, aquí y allá, pero sobretodo destilen mensajes favorables a la renovación política de la que el novel presidente ha hecho su estandarte.

Macron se ha consagrado en los primeros días de mandato a ganar talla, para lo que ha contado con una agenda internacional favorable. Tras dejar su tarjeta de presentación a Angela Merkel, en Berlín, el líder de la République en Marche (LREM) viajaba a Bruselas para dejar constancia de su vocación de relanzar el proyecto europeo, hoy aquejado de una grave crisis.

La cumbre de la OTAN le permitía sumar otra imagen de estadista, con encuentro privado incluido con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Ello antes de seguir completando su recién estrenado book en la reunión del G-7 en Sicilia.

El reciente atentado en Manchester llevaba al presidente a adoptar su primera gran decisión, prolongar el estado de urgencia hasta noviembre, mes en que se cumplirán dos años desde que entraran en vigor esas medidas securitarias y restrictivas de las libertades.

La decisión servía a Macron para dar alguna señal sobre un proyecto con el que trata de restar terreno al Frente Nacional, que ya en campaña reprochó a Macron falta de firmeza, mientras remarcaba la falta de medios y efectividad en la lucha contra el «terror yihadista».

Task Force

La creación de una especie de Estado Mayor o Task Force que mejore la coordinación de los servicios de seguridad era una de las propuestas que figuraba en el programa con el que Macron ganó el Eliseo. El atentado de Manchester aceleraba los preparativos de ese gabinete bajo la autoridad del presidente.

Sintomáticamente, esa ha sido la primera medida relevante del nuevo mandatario, que con la configuración de Gobierno había dispuesto dar prioridad a otra cuestión, la relativa a la moralización de la vida pública.

Ese proyecto, que se anuncia para antes de la primera vuelta electoral del 11 de junio, puede convertirse en su mejor eslogan de campaña. Pero también es un arma de doble filo, ya que en estos días la prensa escruta al milímetro el pasado de los altos cargos –y también de los candidatos investidos por LREM– a fin de comprobar el grado de coherencia entre las propuestas de Macron y el comportamiento de su circulo de elegidos.

Ministros en prácticas

De momento, el Gabinete parece haber sorteado la primera prueba. No hay indicios de que el affaire inmobiliario en Bretaña que “Le Canard Enchainé” ha destapado al ministro de Cohesión Territorial, Richard Ferrand, vaya a derivar en un “Fillon 2”. En todo caso, el futuro de Ferrand, y de otros cargos del Gabinete, se jugará en unas semanas. Ya que hay media docena de ministros cuya continuidad depende de que salgan elegidos en esas elecciones.

Habida cuenta de la complejidad del escrutinio, con cifra récord de candidatos (7.887), no se puede descartar que la primera remodelación del Gabinete de Edouard Philippe se produzca por imperativo electoral.

Las legislativas son la etapa clave. El objetivo de Macron es sumar la mayoría (289 escaños). Los sondeos publicados en el arranque de campaña dicen que lo conseguirá. Para alcanzar la meta, no debe cometer errores. Por eso no ha aclarado gran cosa sobre la reforma laboral en su reunión con los sindicatos. No le conviene mover pieza antes de tener claras las cuentas.

 

Más novicios, menos repetidores y número creciente de diputadas

Una mirada global sobre las investiduras permite atisbar algunas novedades, pero un repaso más en detalle echa por tierra algunos mitos construidos sobre el cambio político que vive Francia.

De los 577 diputados que integran la Asamblea Nacional, 200 no concurrirán a la reelección al estar afectados por la ley contra el cúmulo de mandatos. Para muchos es un cambio inducido, al tener que optar entre cargos. Muchos tendrán acomodo en otro nivel institucional

De los 7.887 aspirantes a entrar en el Parlamento estatal, más del 40% son mujeres. Ley de paridad obliga. Cambio inducido, pero saludable, si ayuda a cambiar la realidad. El problema es que los partidos siguen reservando a hombres las circunscripciones ganadoras, truco con el que, sin vulnerar abiertamente la ley, pueden persistir en la política de desigualdad. En esta cuestión, Front National, Les Républicains, pero también la izquierda, tienen defectos. Mirando las 60 circunscripciones en las que Jean-Luc Melénchon obtuvo mejores resultados en las presidenciales, solo en 20 será cabeza de cartel una candidata insumisa. M.U.