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bruselas

Los Veintisiete prefieren hablar del futuro de la UE que del Brexit

Los líderes de la Unión Europea comenzaron ayer una cumbre en la que se mostraron más interesados por abordar el futuro del bloque comunitario y de sus relaciones en un nuevo proyecto que de la negociación con Reino Unido sobre la salida de la UE. La cumbre sirvió para reeditar la sintonía del eje París-Berlín, mientras la primera ministra británica, Theresa May, detallaba, debilitada, cómo protegerá a los ciudadanos comunitarios tras el Brexit.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se reunieron ayer en Bruselas concentrándose más en el futuro de los Veintisiete que en el Brexit, aunque este fuera un tema ineludible a tratar con la primera ministra británica, Theresa May.

«Hablar del futuro de nuestra Europa y poner en marcha el proyecto de una Europa que protege» a sus ciudadanos, resumió el presidente francés, Emmanuel Macron, en su primera participación en la reunión de líderes europeos. Macron hacía bandera del optimismo, señalando que Europa es un «proyecto de futuro»« que necesita transformaciones y reformas profundas». Entre ellas, instó a reforzar el carácter protector de sus ciudadanos que ha perdido «en ocasiones»

«Nunca he tenido una convicción tan fuerte de que las cosas pueden tomar una mejor dirección», afirmó también el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien también veía motivos de satisfacción en el crecimiento económico, el acuerdo sobre la deuda griega o las derrotas electorales de los eurófobos en varios países.

Los lideres europeos mostraban así un ambiente muy diferente al de hace un año, cuando recibían estupefactos el resultado del referéndum a favor del Brexit.

«Para mí, hacer frente al futuro de los 27 miembros es la prioridad por delante de la cuestión de las negociaciones con Gran Bretaña sobre su salida», destacaba igualmente la canciller alemana, Angela Merkel, quien dejaba claro que, tras la elección de Macron, el eje franco-alemán, se encuentra de nuevo en la misma longitud de onda. En cambio, Theresa May aborda la cumbre debilitada, tras perder la mayoría absoluta para gobernar en las elecciones que ella misma había convocado para reforzarse ante la negociación con Bruselas. Donald Tusk llegó a mencionar la posibilitad de que Reino Unido continúe en la UE porque «soy un soñador», afirmó. May que debía detallar cómo piensa asegurar la protección de los derechos de los ciudadanos de la UE residentes en Reino Unido, adelantó que no forzará a ninguno a abandonar el país. En el seno de la Unión surge a la vez el debate sobre la relocalización de dos agencias europeas con sede en Londres (la Autoridad Bancaria y la de los medicamentos), las primeras cuestiones post-Brexit en las que se pone a prueba la imagen de unidad del bloque europeo.

Macron pide evitar la «ingenuidad» comercial

En pleno debate sobre los tratados de libre comercio y, en particular, de la aprobación del acuerdo comercial entre la UE y Canadá (CETA), el presidente francés, Emmanuel Macron, reiteró su apoyo al libre comercio pero abogando a la vez por evitar la «ingenuidad» comercial. «Soy favorable al libre comercio, porque es un elemento de crecimiento y vitalidad (...). Pero no estoy a favor de la ingenuidad», señaló tras la primera sesión de la reunión de líderes europeos. El presidente francés criticó que la UE haya sido hasta hace poco «el único espacio que no se defiende contra las prácticas de ‘dumping’» y afirmó que «aplica de manera laxa el principio de reciprocidad». «No soy en absoluto favorable al proteccionismo, pero soy defensor de la justa protección», insistió, a la vez que pidió «una reciprocidad justa y eficaz, la protección de nuestros intereses estratégicos y con instrumentos comerciales que permitan sancionar las prácticas de ‘dumping’». Macron puso el ejemplo de EEUU como país abierto al libre comercio que es el que «más controla» las inversiones extranjeras en entornos como la energía, la defensa y el sector bancario. El presidente francés consideró «legítimo» que existan «mecanismos de control» para aquellas inversiones en sectores estratégicos que «ponen en duda la soberanía europea o la seguridad colectiva en ámbitos particularmente sensibles».GARA