Iñaki VIGOR
BARAñAIN RECUERDA A KARMELE SOLAGUREN

UN MONOLITO EXTENSIVO A TODAS LAS VÍCTIMAS DEL ALEJAMIENTO DE PRESOS

UN MONOLITO RECUERDA DESDE AYER A KARMELE SOLAGUREN, VECINA DE BARAñAIN QUE MURIÓ HACE DOCE AñOS EN LA CARRETERA CUANDO VIAJABA A VISITAR A SU HIJO EKAIN. EL ACTO DE INAUGURACIÓN SIRVIÓ PARA RECORDAR A TODAS LAS VÍCTIMAS DEL ALEJAMIENTO Y PARA INTERPELAR A LAS INSTITUCIONES A RECONOCER A ESTAS VÍCTIMAS.

Una pieza de hierro macizo de más de dos metros de altura dibuja la silueta recortada de Karmele Solaguren, simbolizando así el vacío que su muerte dejó en Barañain. Está atravesada por doce agujeros que representan los doce años que han transcurrido sin que las instituciones hayan reconocido que su muerte se produjo a causa del viaje de cientos de kilómetros que se vio obligada a recorrer para poder visitar a su hijo preso.

El monolito fue colocado ayer en una plazoleta de la Avenida de Iruñea, y tiene grabado el siguiente texto en euskara y castellano: «A la vecina de Barañain Karmele Solaguren Goikoetxea, que murió el 6 de diciembre de 2004 a consecuencia de la política de dispersión. Que el vacío infinito llene el recuerdo».

Al acto de inauguración asistieron unas 150 personas, entre ellas cargos electos de EH Bildu en el Ayuntamiento de Barañain y en el Parlamento navarro. José Luis Guerra, compañero de Karmele Solaguren, no pudo asistir por problemas de salud y envió un mensaje desde su casa para expresar su agradecimiento a todos los que han hecho posible este homenaje.

El acto comenzó poco después de las 12.00 con la lectura de un emotivo poema a cargo de Kalen Astitz, acompañada al chelo por Nestor Salaberria. A continuación, Itziar Urra y Amelia Albizu leyeron una carta, dirigida a Karmele, con pinceladas de lo ocurrido en estos doce años de su ausencia.

Un bertso de Sarai Robles, vecina de Barañain, y una canción dedicada a Karmele por un grupo de jóvenes del pueblo, dieron paso a la lectura de un texto en el que se interpeló a las instituciones y a los agentes políticos a dar pasos encaminados al reconocimiento de las víctimas del alejamiento.

Los asistentes dedicaron un fuerte aplauso a los 16 familiares y allegados de presos que han muerto en la carretera desde que comenzó la política de alejamiento, y depositaron decenas de claveles rojos junto al monolito, con el acompañamiento de la txalaparta.

El acto finalizó con un aurresku de honor ante la silueta recortada de Karmele Solaguren y entre aplausos de los asistentes, que también corearon lemas como «Euskal presoak etxera» y «Dispertsiorik ez».