Raimundo Fitero
DE REOJO

Histeria

Atropello a la lógica argumental y me pongo a comprobar si utilizamos de manera correcta el término histeria, esa alteración neurótica que se produce de manera sistémica en caracteres con agujeros o en cuerpos con demasiado azúcar. Porque otra vez un ciberataque global pone al mundo entero patas arriba, se disparan alarmas de toda índole y entramos en fase histérica, porque las grandes empresas se sienten vulnerables, los gobiernos no saben atajar estas  intrusiones que provocan terror y la industria de los sistemas electrónicos y los programas entra en crisis. Uno había detectado otras histerias previas, otros comportamientos sintomáticos, especialmente entre los miembros de la banda y sus equipos de medios de comunicación legionarios del dinero y aferrados a las consignas del poder más corrupto. Se ponen nerviosos ante una probabilidad remota de una regeneración del partido zombi buscando una identidad no vergonzante. Pedro Sánchez da una entrevista en “Al rojo vivo” justo después de la entrevista de este con Pablo Iglesias. Parecen dos seres diferentes. Iglesias con chaqueta en pleno verano, muy clamado; Sánchez con camisa, muy entero con discurso, con contestaciones. Una mutación. Reparto de papeles. Un pacto en toda regla que venden como una posibilidad.

Justo entonces, cuando se vislumbran mínimas posibilidades de emprender un camino, aparecen los histéricos. Y entre ellos siempre destaca Albert todo por España, que se le nota una mala gaita tremenda. La dupla de cancerberos de la banda, Hernando y Maíllo, van acumulando bilis. Notan que esa histeria que les rodea es fruto de una gran debilidad. Las mentiras rebosan, los argumentos mafiosos son de serie de segunda. El tiempo pasa entre tormentas, olas de calor y bajadas de temperatura. Otra histeria.