David GOTXIKOA
DONOSTIA

The Pretenders aglutinó a miles de aficionados, Sorter quebró la música

Con ambiente plúmbeo llegó Chrissie Hynde, líder de The Pretenders, a la playa de la Zurriola. No obstante, no hizo falta mucho tiempo para que todo se coloreara con un repertorio y sonido clásico. Destacado de ayer dentro del entorno jazz fue Wayne Sorter, quien durante noventa minutos trascendió más allá de las fronteras del jazz.

The Pretenders divide su corazón entre Londres y Akron, Ohio, las dos ciudades que vieron su nacimiento. Quizá por esa razón porta un sentido del rock que bascula entre ambos lados del Atlántico.

No olvida sus inicios, tanto punk-rockeros como nueva-oleros. Sonidos duros y melodías amables. Pose duro y mirada tierna. Desde el 78 rockeando on The Pretenders y varias pausas en su historia. Una de ellas desde 2012 a 2016. Por el camino un reguero de músicos sueltos y algún muerto. A su lado aún el veterano batería Martin Chambers, el único que perdura desde el inicio.

En la actuación de ayer, Chrissie Hynde dijo adiós a su icónica melena negra, ahora es rubia oxigenada, quizá porque el sonido de The Pretenders al comienzo de su concierto en la Zurriola también luce más punk-rocker que new wave, con una "Alone" inicial, seguida de "Gotta wait" y "Message of love" que saldan deudas con históricos como Iggy y Lou Reed. Pero a la primera de cambio llega "Don't get me wrong" para dejar claro que siempre fueron un grupo de pop con una voz excelente.

Wayne Sorter

La estabilidad de una formación favorece que la música pueda madurar y expandirse. En los últimos quinces años los tríos de Brad Mehldau o Keith Jarrett han cumplido esta obviedad y, de manera especial, el cuarteto que lidera Wayne Shorter lo ha puesto de manifiesto como ninguno. Y lo que es mejor, afortunadamente para todos nosotros lo sigue haciendo: durante noventa minutos Shorter, Danilo Pérez, John Patitucci y Brian Blade desdibujaron en el Kursaal las fronteras del jazz para ofrecer lo que todos esperaban pero nadie podía predecir. La magia de la música imaginada en libertad, a la vista de cualquiera que desee prestar atención. No hace falta que se levante señor Shorter, ya nos levantamos nosotros para darle las gracias. Una vez más.

Deborah Carter

En el mundo del jazz abundan los proyectos sin vocación de continuidad, pero la improvisación es el hábitat natural de los músicos y todos dominan un amplio repertorio de autores fundamentales. Bajo esta premisa, el concierto que abrió las matinales en el Museo de San Telmo no podía decepcionar y, con el pretexto del homenaje a Ella Fitzgerald, pudimos disfrutar de un puñado de los mejores músicos de jazz que se pueden encontrar en Donostia: Deborah Carter (voz), Iñaki Azkunze (saxo tenor), Javier Juanco (guitarra), Gonzalo Tejada (contrabajo) y Jo Krause (batería).

No faltaron clásicos de Duke Ellington como “Satin Doll” y otros favoritos de La Gran Dama del Jazz como “Lullaby of Birdland” o “Love Regrets”. Este último, con un precioso arreglo de jazz modal y una intro que Tejada bordó con su elegancia habitual. Vocalista y guitarrista se quedaron a solas en el escenario para recrear con gran estilo “One Note Samba” y “Take Love Easy”. Joe Pass y la Fitzgerald habrían dado su beneplácito.