Desde el lunes, los incendios que se multiplican en el sureste del Estado francés, sobre todo en la turística Costa Azul, y en la isla de Corsica han calcinado más de 5.000 hectáreas y más de 20 bomberos han resultado heridos en las labores de extinción. Ante la magnitud de los incendios, el Gobierno francés ha pedido a la UE dos aviones cisterna de tipo Canadair. Un primer avión italiano llegó a Corsica el martes por la noche.

El ministro del Interior francés, Gérard Collomb, quien el martes viajó a la isla hizo desde su cuenta de Twitter «un llamamiento solemne al civismo de todos: estos siniestros pueden evitarse». Frente a las críticas de los sindicatos de bomberos por la escasez de medios aéreos, Collomb anunció la compra de seis nuevos aviones.

Cerca de la turística localidad de Bormes-les-Mimosas, en el sureste francés, que desde hace semanas sufre una sequía, cerca de 12.000 personas, de las cuales 3.000 estaban en campings, tuvieron que ser evacuadas ayer por la noche por un impresionante incendio. Decenas de personas pasaron la noche en la playa en sacos de dormir.

También en Portugal

En Portugal, más de 1.600 bomberos trabajan ayer para controlar cuatro grandes fuegos declarados en los distritos de Castelo Branco y Portalegre, en el centro de Portugal. La situación estaba «más tranquila y estabilizada» que el martes.