Joseba VIVANCO
Athletic

Dar tiempo a los cachorros como dárselo al equipo

El optimismo en torno al proyecto de Ziganda se dispara aun cuando todavía este apenas empieza a andar.

«Los átomos se unen en orden y posición diversos; como las letras, que aun siendo pocas, al colocarse juntas de variadas formas, producen innumerables palabras». Lo decía Epicuro y lo pone en práctica esta pretemporada Kuko Ziganda, obligado por mor del limitado mercado rojiblanco –y las fallidas contrataciones este verano de gente como Mikel Merino o Berenguer, de las que alguien del club deberá dar cuenta en su momento– barajar con las mismas cartas casi que su predecesor un equipo en torno al cual las expectativas se precipitan, especialmente gracias a esos cachorros que están apuntando buenas maneras como este sábado ante el Liverpool, pero que apenas superan los veinte años y tienen muchísimo que demostrar. Buena onda en el entorno y la prensa alrededor del proyecto del técnico navarro pero que como esos jóvenes talentos de Lezama no ha hecho sino empezar a andar y todas las incógnitas del mundo por desentrañar.

El de Larraintzar moldea a cada paso y cada partido su núcleo duro de jugadores, donde la novedad está siendo la titularidad de Vesga en detrimento de un San José que seguro es uno de esos a los que les cuesta más alcanzar su mejor estado de forma. Por lo demás, no parece que el zarandeo del árbol que demandaba Ernesto Valverde al despedirse genere a corto plazo más novedades en el once tipo de Ziganda. A la espera de Yeray veremos si el entrenador apuesta con Etxeita o se atreve a dar la alternativa al chaval Núñez junto a Laporte. Y por lo demás, y pese a ese partir de cero de todos los integrantes del plantel, como dijo el técnico, parece claro que seguirá apostando por casi los mismos que Txingurri.

Más allá de los nombres, y de una plantilla aún por afinar con alguna salida –Sola o Villalibre, veremos Aketxe–, Ziganda trata de transmitir su propio ímpetu, y es que su abc, como recordó tras la derrota en Dublín, no es otro que el de modelar un equipo que «juegue en campo contrario, apriete y transmita mucha energía», nada nuevo bajo el sol de San Mamés los últimos tiempos. Una faceta ofensiva que sí que deberá ajustar para que a la pérdida del balón en ataque, el rival no le coja en tanta inferioridad atrás como ya se vio ante los rumanos en la primera mitad. Del mismo modo que su clara apuesta por unos carrileros profundos requerirá de una mejora sustancial en los centros al área desde la bandas. Detalles a mejorar de un equipo que juega de memoria, en el que habrá que esperar todavía a ver la mano de Kuko como en esa faceta de las jugadas a balón parado, que es verdad genera ilusión pero que también lo hace en precario, sin los refuerzos proyectados y ante una temporada de nuevo larga y exigente. Hay que dar tiempo a los nuevos cachorros, como hay que dárselo al equipo.

 

40 años de la izada de la ikurriña

Mañana, 8 de agosto, se cumplirán 40 años desde que ese mismo día pero de 1977, en el viejo San Mamés se izara por primera vez la ikurriña, de la mano del entonces presidente Beti Duñabeitia y acompañado por el capitán del equipo José Ángel Iribar, que previamente había saltado al campo portando la enseña nacional vasca junto a sus compañeros. El 10 de julio de ese año la bicrucífera ondeó en la balconada del ayuntamiento bilbaino –Garai fue el municipio vizcaino donde primero lo hizo de forma oficial– tras las elecciones legislativas de junio. Ese 8 de agosto, coincidiendo con la primera semifinal del V Trofeo Internacional Villa de Bilbao, en la que el Athletic se medía al Aston Villa inglés, se produjo el histórico momento, entre dantzaris y txistularis, en uno de los córners de la Catedral, donde quedó junto a las banderas española y la del club. Una gran ovación saludó en San Mamés aquel hecho histórico.J.V.