Arnaitz GORRITI
ATLETISMO - MUNDIAL LONDRES 2017

Usain Bolt lesionado y Mo Farah derrotado; el adiós más amargo

Un tirón dejó fuera de combate a la gran estrella jamaicana, en un relevo de 4x100 que ganó Gran Bretaña.Mo Farah fue plata en los 5.000 metros, tras el etíope Edris. Allyson Felix sumó su decimoquinta presea.

Hito histórico número uno: se acabó la era de Usain Bolt. En la penúltima jornada de los Mundiales de Londres 2017, el «rayo» jamaicano disputaba su última carrera en una gran competición: la final masculina del relevo 4x100 metros. Y tras tomarse tiempo para despedirse del gran público, terminó de la peor manera posible, derrumbado por un tirón en medio de su posta, cuando trataba de remontar una carrera vencida por Gran Bretaña, superando a los Estados Unidos, y con Japón como medalla de bronce de rebote.

Por primera vez en una década, se le borró la sonrisa a Usain Bolt; un maldito tirón cuando corría en pos de un oro quizá imposible, pero sí al menos por el podio. Mientras que Gran Bretaña remontaba al relevo estadounidense, el Estadio Olímpico se callaba observando el fin de Bolt. El más grande demostraba ser humano y rompible.

Hito histórico número dos: Allyson Felix sumó su decimoquinta medalla en unos Mundiales, superando a Merlene Ottey y al propio Bolt –y quién sabe si no se animará hoy por la decimosexta en la final de los 4x400 metros–, y con oro, un metal dorado en gran parte gracias a la campeona de los 100 metros Tori Bowie, que superó a Gran Bretaña y Jamaica con una última posta electrizante.

Si fue sorprendente la lesión de Usain Bolt en su última gran carrera, no lo fue menos la derrota de Mo Farah –literal, no hace falta sino ver al británico–somalí tumbado en el suelo, hundido en su despedida del tartán antes de pasarse a la maratón– en la finalísima de los 5.000 metros. Una carrera opuesta al espectáculo de los 10.000, ya que discurrió a un paso lentísimo, algo de lo que se valió la armada etíope para someter a Farah en el sprint. Muktar Edris ni se creía su victoria, al tiempo que el keniano-estadounidense Paul Kipkemoi Chelimo se hacía con el bronce, para reunirse al instante y abrazar a un Farah derrotado al que buscaban todos consolar.

No fue la última sorpresa. La australiana Sally Pearson volvió a reverdecer viejos laureles, y como en Londres 2012, se hizo con el oro de los 100 metros vallas, con el fiasco de la recordwoman Kendra Harrison, que se llevó la «medalla de chocolate», tras su compatriota Dwan Harper-Nelson y la alemana Pamela Dutkiewicz. La australiana fue la que mejor arrancó de la ocho, y mostrando una depuradísima técnica en el paso de las vallas, se fue a por el oro sin mirar atrás, olvidando con este oro sus dos años –2015 y 2016– de calvario por lesiones.

Lasitskene supera la presión

La rusa sin bandera Maria Lasitskene, en cambio, sí cumplió los pronósticos, en una final en la que la campeona en Río, la cántabra Ruth Beitia, fue última.

Con todo, ni la propia Lasitskene se libró de su momento de zozobra. Erró su primer intento sobre 1,99 metros, algo que la ucrania Yuliia Levchenko –campeona del mundo u23 y que llegaba a Londres con una mejor marca de 1,97– y la polaca Kamila Licwinko sí lograban.

La favorita, en ese momento, decidió pasar de altura y probar sobre los 2,01 metros. Bingo, ya que pasó el listón y también sobre los 2,03 metros. Levchenko, paso a paso, logró superar la barrera de los 2,01 metros, al tiempo que Licwinko se la jugó a una carta, pero no consiguió superar la barrera de los 2,03 metros, conformándose con el bronce, a los pies de una Lasitskene que superaba la barrera de los dos metros por vigésimo segunda vez en este año 2017.

Solo quedaban las finales del décatlon y el lazamiento de javalina. Tras la agonía de la prueba de los 1.500 metros, el galo Kevin Mayer conquistaba el oro, luciendo la mejor marca del año, con 8.768 puntos, muy por delante de los alemanes Freimuth y Kazmirek, mientras que el lanzador teutón Johannes Vetter ganó aunque se quedó a las puertas de los 90 metros –89,89 metros, después de lograr 91,20 metros en la calificatoria–, asediado por los checos Vadlejch y Frydrych, que dejaron al campeón olímpico Thomas Rhöler fuera del podio después de pasarse toda la serie en tercer lugar.