Empieza a ser un poco cansina esa competición que se traen nuestros jerifaltes para demostrar que su fiesta es la mejor, lo más de lo más, top. Si en Iruñea se pasaron años con la cantinela facilona de que por allá en Sanfermines pasaba un millón de personas, pues los de Baiona no quieren ser menos y se han apuntado a la mentira cochina. Y si en Gasteiz alardearon de sus 350 actos festivos y en Bilbo prometen a la baska 400 eventos gratuitos, incluidos cien conciertos, ¿vamos a ver menos bilbaínos los donostiarras? Pues toma 460 y chúpate esa.

Pero claro, 460 es un porrón, demasa. Ya hay echarle imaginación al programa... Así que igual te resucito a Los Manolos por aquí (pero ¿estos no eran ya talluditos en Barcelona92?) que te encajo el partido conmemorativo del 50 aniversario del Roteta por allá.

Queda claro, eso sí, que los munícipes quieren que la mejor generación de la historia esté aún más cultivada, perfectamente preparada para los retos del futuro: en los talleres de la Plaza Vinuesa el domingo trabajaban con fieltro, el lunes hicieron un pez decorativo, el martes tocaba vidrio, ayer talla en madera, hoy máscara de escayola, mañana harán una esponja y el sábado un cuaderno. ¡Y en euskara! Tiemble Oteiza en su tumba.

Hasta ahí todo bien, pero ojo, que alguna trampilla nos hacen los amigos Eneko y Ernesto, ¿eh? Porque lo de encasquearle con calzador el pintxo-pote de Gros hoy al programa oficial de marras, cuando hasta los piratas de agua dulce saben que eso es más sagrado que La Salve... Ya sea tarde-noche galernosa de agosto o lluvioso jueves de enero y Europa League, no hay jueves sin pintxo-pote en Gros, tíos, así que menos lobos, Caperucita.

Y mientras tanto, o este catalejo tiene demasiada roña o falta algo. ¿Qué fue de la memorable batalla de merengue de Sagues? ¿Y del entrañable concurso de ojos bonitos en el marco incomparable? Porque tanto hablar de ataques al tren txu-txu y ¿no estará alguien saboteando sibilinamente el ñoñostiarrismo?