Beñat ZARRABEITIA
Periodista

Madrid y Barcelona prueban de su propia medicina

Barcelona y Real Madrid han dominado el fútbol continental durante los últimos años, al igual que han mostrado una férrea tiranía en el campeonato liguero únicamente interrumpida por el título del Atlético en 2014. Una de las principales razones de su hegemonía reside en las desigualdades derivadas del reparto del dinero procedente de la televisión, lo que ha creado un campeonato tremendamente asimétrico, una Liga de varias velocidades. Sin embargo, este verano, las fortunas de diversos magnates petrolíferos han puesto en jaque las oficinas del Bernabéu y el Camp Nou. Tanto, que han descapitalizado sus plantillas, especialmente en el caso del Barcelona. El escándalo que supone que el PSG haya pagado 222 millones por Neymar, una cifra elevadamente obscena, ha evidenciado el cambio de tercio.

Entidades como la parisina, el City o el Chelsea pueden arrebatar futbolistas de primer nivel a blancos y blaugranas con la misma facilidad con la que ellos anteriormente han abonado cláusulas o han firmado a primeros espadas como Suárez, Bale o Cristiano Ronaldo. Un nuevo paradigma que pone frente al espejo a las dos grandes transnacionales de la Liga. Por poner un ejemplo, el equipo de Guardiola se ha gastado más dinero en reforzar su zaga que el montante total del presupuesto en Defensa de un Estado como Bosnia. Esos son los disparatados parámetros en los que se mueve el fútbol actual. La regulación parece imprescindible, pero las apelaciones de Barcelona y Real Madrid al fair play financiero suenan a lágrimas de cocodrilo. A las de aquellos que han probado su propia medicina sin un ápice de autocrítica.

Pese a ello, ambos vuelven a partir como favoritos en un curso en el que además el Atlético no podrá incorporar sus fichajes hasta enero. El campeonato tendrá de nuevo un marcado acento vasco. Pese al descenso de Osasuna, seguiremos contando con cuatro equipos en la élite y cinco entrenadores jefe en los banquillos. Real y Athletic buscarán rendir al más alto nivel en las tres competiciones. Para los txuri-urdin supone un reto de primer orden ya que vuelven a Europa, mientras que los leones buscan reactivar sus ilusiones de la mano del Kuko Ziganda. Para ello, a falta de fichajes, los mimbres no son otros que los futbolistas de Lezama. Eibar y Alavés buscan consolidar sus proyectos y seguir creciendo. Los armeros, desde el continuismo, los albiazules con una pequeña revolución. El éxito del pasado curso derivó en desbandada y ahora ansían mejorar con Luis Zubeldía. Al menos, en teoría, después el juego pondrá a cada uno en su sitio. Eso sí, con dinero, todo es más fácil.