Víctor ESQUIROL
Crítico cinematográfico

John Bailey y la diversidad

El pasado 8 de agosto, se dio a conocer uno de los nombramientos más importantes en la industria del séptimo arte. La Academia de Cine de Estados Unidos cambiaba de dirección, y elegía como nuevo mandamás al cinematógrafo John Bailey, encargado de tomar las riendas de una institución manchada por las últimas ceremonias de entrega de los Óscar (recordemos, hace un año dichos premios vinieron marcados por las acusaciones de racismo en sus nominaciones, y este mismo se despidieron con la bochornosa equivocación en el anuncio de “La La Land” como falsa ganadora en la categoría de Mejor Película).

Con todo esto en mente, se inicia una nueva era no exenta de la siempre engorrosa sombra de la sospecha. De apariencias hablamos. Antes de John Bailey estuvo Cheryl Boone Isaacs, mujer afroamericana. Ahora, parece que volvemos a los viejos tiempos. En el peor de los sentidos. Pero él mismo ha intentado hacer de corta-fuegos. «Sí, soy un hombre blanco heterosexual de 75 años», ha dejado claro, «esto me define, pero no me limita».

Sea como fuere, la realidad de la Academia ahora mismo es la siguiente: De sus más de 8000 miembros, el 72% son hombres y el 87% son blancos. Bailey ha remarcado que se siguen manteniendo los objetivos de paridad (y diversidad) marcados por su antecesora. El país, y el arte, parecen necesitarlas más que nunca.