Joseba VIVANCO
Athletic

Acto de contrición

Técnico y jugadores rojiblancos asumen la mala imagen ofrecida en Atenas pero destacan la cualidad de no darse nunca por vencidos.

Acto de contrición u oración del penitente, aquel en el que uno se arrepiente de todo corazón, de todo lo malo que ha hecho y de todo lo bueno que ha dejado de hacer. Es lo que en el postpartido en Atenas hicieron las voces rojiblancas que valoraron la meritoria victoria europea, un resultado a enjuiciar como se merece, como lo es la «horrible» imagen, que en palabras de Kuko Ziganda, dio su equipo. Como asumió el mal juego el goleador y salvador Aduriz, cuando reconocía sus «sensaciones encontradas» porque «evidentemente no ha sido nuestro mejor partido». Evidentemente.

El Athletic remontó un 2-0 adverso con tres goles en seis minutos y quince segundos exactos. Es verdad que tras la vuelta de vestuarios dio un paso adelante, obligado, empujado, seguramente enrabietado, coincidiendo con un Muniain jugando por dentro y haciendo gala de su capitanía. Peor que en la primera mitad era imposible hacerlo. Lo que nadie esperaba es que a un primer gol, hasta esperable a poco que los leones mejoraran prestaciones, le siguiera tan rápido el empate y el Pana- thinaikos quedara tan ‘tocado’ que terminara por conceder ese balón atrás a Aduriz al que Williams sacó partido. Baste citar el dato del conocido estadístico deportivo @MisterChip de que el Athletic no firmaba algo similar desde 2001, cuando remontó en Vigo un 2-0 en solo cinco minutos y 56 segundos. Osea, que a los de Ziganda se les apareció literalmente la Amatxu de Begoña o tan solo la lotería que a veces es el fútbol. Como también es cierto que la suerte es para el que la busca y el Athletic la buscó. Como es habitual en él, ese ADN del que habló también el técnico navarro, de no dar un partido por perdido hasta el pitido final y quizá es lo que el entrenador griego no había indagado del juego de los bilbainos. Que ni con un 2-0 en contra se dan por vencidos.

«Nos hemos sorprendido nosotros mismos, porque hasta ahora hemos sido sólidos, sin conceder ocasiones, pero esta vez no hemos estado dentro del partido, muy largos, precipitados... Para darle una vuelta y mejorar. Hemos tenido suerte. No sé a qué achacar esos 60 minutos... El partido ha sido muy flojo por nuestra parte, creo que podemos y debemos jugar mejor, tenemos argumentos, es cierto que hemos estado horrorosos, pero hay algo que se lleva dentro, el ADN de este equipo es increíble y la raza que le ha echado es para estar orgullosos. La reacción ha sido de jugadores con mucha personalidad», reflexionó Ziganda. «Esperanza con esta gente, siempre», sumó.

Una línea en la que incidió, autocrítico, Aduriz, cuando reconoció que «no hemos sido capaces de imponernos hasta que nos hemos visto perdidos y ahí hemos reaccionado y sacado nuestras cualidades. Contentos por no desfallecer, que es precisamente una de nuestras cualidades». Como asumió también De Marcos, que coincidió en que «lo mejor es el resultado, en tres chispazos; buscar cómo mejorar siempre es mejor así».