Fede de los Ríos
JO PUNTUA

Un Alá excesivamente misericordioso

Los atentados en Barcelona, Cambrils y Turku suponen un cambio cualitativo en la estrategia de algunos de los que actúan en nombre de Alá. Ni el Estado español ni el finlandés están bombardeando la población de país musulmán alguno. No es violencia de respuesta por parte de la comunidad musulmana hacia la población de estados agresores. Es más, de las 3.950 personas muertas de atentados en nombre de Alá en lo que va de año, solo unas 60 corresponden a nacionalidades europeas; la casi totalidad son de personas asesinadas de países musulmanes. Y, por ello, infinitamente menos mediáticas. Víctimas menos espectaculares y de difícil aprovechamiento para el relato occidental.

Los ataques indiscriminados de esta semana lo son contra el Occidente infiel y por la consecución del Paraíso mediante el martirio de autoinmolación. De ahí los chalecos con explosivos simulados. Jóvenes alienados y adoctrinados en la vertiente belicosa del Corán de manera exprés vía internet. ¿Difícil de entender? No tan difícil si lo que tienen es un futuro más que incierto, un presente de mierda y una educación rígida, sumisa y acrítica. De una vida carente de sentido y de identidad a un sentido trascendental de una identidad heróica; de no ser nada a ser un protomártir de Dios. Casi nada.

¿Existe causalidad, que dirían los filósofos? Según la prensa oficial es por el procés y la turismofobia. Con un par.

¿De verdad hay relación entre el actual fenómeno llamado yihadista y la invasión de Iraq allá por 1990 y posteriores? ¿Quién armó y financió a los talibanes, a Al Qaeda y al resto de grupos salafistas para desestabilizar parte del Asia Central y del Medio oriente y controlar los recursos petrolíferos?

Ahora, estos mismos ineptos que asesinan indiscriminadamente creando un miedo viscoso, donde afloran los prejuicios, pretendiendo que elijamos entre la Biblia de Trump o el Corán de Bin Lade