Pablo GONZÁLEZ

RUSIA BLINDA SU FRONTERA NORTE EN LA CARRERA POR EL ÁRTICO

BASES MILITARES, NUEVAS UNIDADES, AMPLIACIÓN DE LA FLOTA DE ROMPEHIELOS Y NUEVAS PROSPECCIONES ENERGÉTICAS. TODO ELLO ES PARTE DEL ESFUERZO RUSO CON VISTAS A CONSOLIDAR SU PRESENCIA EN EL ÁRTICO, UN ÁREA DE CRECIENTE IMPORTANCIA POR EL CAMBIO CLIMÁTICO Y EL DESHIELO.

La única construcción permanente más allá del paralelo 80 norte que existe en el mundo es una base militar rusa.

El Artichеskiy Trilistnik, situado en una de las islas de la Tierra de Francisco José, en medio del océano Ártico, es la joya de la corona del despliegue ruso en el extremo norte del país, pero es un eslabón más del esfuerzo por blindar ese área con vistas al futuro.

El Ártico alberga importantes reservas energéticas, gas y petróleo. Si bien ahora son de escaso interés por el alto coste de su extracción, en el futuro, con la escasez de hidrocarburos, se espera que su valor aumente.

Por ello Rusia, EEUU (por su territorio de Alaska), Canadá, Noruega y Dinamarca (por Islandia) compiten por buena parte del territorio Ártico. Cada país interpreta las leyes internacionales en su propio interés.

De momento, Rusia mantiene el liderazgo en esta carrera. Por un lado es el país que posee la mayor frontera orientada hacia el Polo Norte; por otro, el que más ha invertido en la región.

En el ámbito militar el esfuerzo ruso empezó hace tiempo, pero especialmente tras el comienzo de la crisis de Ucrania, ha recibido nuevo impulso. En noviembre de 2014, Putin anunció la creación del Mando Estratégico Norte dentro de la estructura militar rusa. Se han construido nuevas bases de tierra y se están modernizando las ya existentes. Además, se están reconstruyendo 10 bases para aviación. Las Fuerzas Armadas reciben además equipamiento especialmente adaptado a temperaturas frías extremas.

En el desfile anual de la victoria en la II Guerra Mundial se presentaron este año blindados pintados de camuflaje blanco y gris diseñados para operar en el Ártico. Sistemas antiaéreos, antitanque y transportes de personal evidenciaron la seriedad de las intenciones rusas. Ningún país puede poner en ese teatro de operaciones nada semejante.

Hay otros proyectos quizás más cercanos en el tiempo, como una nueva ruta marítima que una Asia y Europa por el océano Ártico. Rusia ya viene utilizando esta ruta para transportar gas y petróleo extraído en Siberia por algunos de sus puertos más septentrionales que están cada vez más tiempo al año libres de hielo.

Rompehielos Asia-Europa

Tanto para una futura extracción como para abrir esa ruta hacen falta barcos rompehielos. Esa es la otra gran apuesta rusa. Rusia es el único país que posee rompehielos de propulsión nuclear (cuatro) y está construyendo tres más. Además posee barcos rompehielos de otras clases, que junto a los nucleares podrían llegar a 40 en los próximos años. Además, planea desplegar para 2022 dos patrulleros árticos armados con misiles de crucero Kalibr, estrenados en Siria.

Ningún otro país, aparte de Canadá, le hace sombra. Varios países europeos poseen rompehielos pero son barcos menores diseñados para operar en el mar Báltico. EEUU, a pesar de sus extensas costas con hielos buena parte del año, se conforma con ocho barcos. Canadá tiene ocho unidades civiles y está construyendo cinco rompehielos militares. Los otros con barcos militares operativos en el norte son Noruega y Dinamarca, aunque sus capacidades bélicas son menores.

Con esa ruta norte Rusia pretende ofrecer una alternativa al canal de Suez, a la que gana por unos 5.000 kilómetros, hacia los puertos del norte de Europa. Además, sería un útil complemento a la nueva ruta de la seda china para llevar su producción por tierra hacia Europa, ruta que pasa también por Rusia.

Con el cambio climático y la ya real disminución de los hielos árticos, esta parte del planeta empieza a cobrar cada vez más protagonismo. Rusia muestra claramente que pretende dominar ese área geográfica, y más aún tras los últimos desencuentros con EEUU.