Iñaki IRIONDO
15 DÍAS PARA EL REFERÉNDUM

LA PROHIBICIÓN, SEñOR JUEZ, LLEGÓ TARDE Y MAL

LA PROHIBICIÓN FIRMADA POR EL JUEZ MANUEL CASTRO CALVO LLEGÓ TARDE, PORQUE LA CHARLA ESTABA YA AVANZADA; Y MAL PORQUE, SEPA USTED, LO QUE VETÓ NO ERA «UN ACTO DE CAMPAñA ELECTORAL DE PROMOCIÓN DEL REFERNDUM», SINO UNA ENTREVISTA PÚBLICA –Y MUY AMENA– A LA PARLAMENTARIA ANNA GABRIEL.

Que la respuesta fuera la sonrisa de Anna Gabriel, el desalojo sereno de la sala, y el recibimiento con aplausos y papeletas a la parlamentaria en el exterior, no puede restar ni un ápice de gravedad a lo ocurrido ayer en Gasteiz. Lo que la Policía Municipal acabó interrumpiendo no era siquiera un mitin ni un acto en el que se estuviera haciendo un llamamiento a participar en un referéndum ilegal, sino una entrevista pública en la que Gabriel estaba respondiendo a preguntas sobre temas diversos como los debates y vaivenes de la actuación parlamentaria de la CUP, sus antecedentes históricos en el movimiento libertario catalán de principios del siglo XX o la imbricación de la lucha feminista. Anna Gabriel estaba hablando sobre internacionalismo cuando una decena de agentes de la Guardia Urbana se personaron en la puerta del salón de actos del centro cívico (no se podía entrar más porque estaba lleno), dando diez minutos para acabar y desalojar.

La noche del jueves, la Delegación del Gobierno español anunciaba que iba a intentar impedir el acto. Y ayer por la mañana el juez Manuel Castro Calvo decidía la suspensión cautelarísima de suspender la cesión del local, propiedad del Ayuntamiento de Gasteiz. Según su razonamiento, si el acto se celebraba la situación de ilegalidad, al chocar con las decisiones del TC, sería «irreversible». Por contra, si se levantara la suspensión cautelar, «podría celebrarse un acto de las características que se prevé». Además, el juez no ve «interés general» en la charla, que «puede aparentemente ser tachado de partidista» por «no representativo del conjunto de la ciudad».

Inicio del acto

A punto de iniciarse el acto, comenzó a circular la noticia de la prohibición, pero al no tener constancia oficial los organizadores siguieron adelante. Además, en rigor, el juez no prohibía la charla sino la cesión del local municipal. La orden llegó al Ayuntamiento cuando el alcalde estaba dando una rueda de prensa. Gorka Urtaran decidió al final mandar a la policía. La portavoz de EH Bildu, Miren Larrion, anunció la solicitud de un pleno extraordinario para que el Ayuntamiento de Gasteiz se posicione «contra la vulneración los derechos civiles y democráticos que dimanen de las actuaciones que está llevando a cabo el Gobierno español».

Al personarse la Policía Municipal, 45 minutos después de haber empezado, la charla se paró, mientras el público prorrumpía en gritos por la libertad de expresión y la independencia, y alguno contra el PNV. Fue la propia Anna Gabriel la encargada de pedir que «no es el momento de regalarles tampoco la imagen de tensión que quieren provocar». La sala se desalojó con tranquilidad, convocados los asistentes a concentrarse en el exterior blandiendo las peligrosas papeletas del referéndum. La parlamentaria y uno de sus entrevistadores tardaron en salir, porque fueron identificados por los agentes.

Ya fuera, entre gritos de apoyo de más de docientas personas, Anna Gabriel sentenció con determinación que «podrán prohibir un acto, pero no podrán prohibir un pueblo».